Momentos de preocupación y alta tensión se vivieron el día de hoy en el Gran Premio de Austria cuando el F1-75 del español Carlos Sainz comenzó a humear y posteriormente a echar fuego a borbotones. Todos pensaron lo peor al tomar en cuenta la salud del piloto, pero por suerte este pudo sacar el monoplaza de la pista y abandonarlo antes de que las llamas cubrieran gran parte de la carrocería del vehículo.
Una vez más la fiabilidad de los coches de Ferrari quedó en tela de juicio ante un nuevo problema relacionado con el motor que obligó a su conductor madrileño a desistir de finalizar la carrera justo cuando marchaba en segundo lugar, por detrás de su compañero de escudería Charles Leclerc a solo 14 vueltas del término de la competencia.
El verdadero inconveniente
Según los informes de los especialistas, fue la unidad de potencia del auto de Sainz la que se averió. Debido a esto, ocurrió lo antes descrito. No obstante, los instantes posteriores a la falla fueron dramáticos, ya que aunque el piloto aparcó su bólido en una de las escapatorias, esta tenía declive, haciendo que el Ferrari se deslizara hacia atrás e impidiendo al mismo tiempo la salida de su chofer.
Por otra parte, la ayuda de los comisarios llegó bastante tarde, por lo que para el momento en que el ganador del GP pasado (Gran Bretaña), se vio en la necesidad de saltar antes de ser alcanzado por el fuego.
Sanción en camino
Es la cuarta ocasión en esta temporada que Carlos Sainz no acaba una disputa. Aún no ha sido penalizado por estrenar una cuarta unidad de potencia, pero luego de lo acontecido hoy es probable que dicho castigo llegue, tal y como le ocurrió a su mancuerna Leclerc, quien por cierto, terminó llevándose el primer lugar de este Gran Premio.