La Fórmula 1 era el tercer deporte entre los seguidores Países Bajos, por detrás del fútbol, el hockey sobre césped y el patinaje de velocidad. Las carreras de autos eran populares, pero no tanto como para obsesionar a los fanáticos. Hasta que apareció él.

Max Verstappen revolucionó a los Países Bajos, a los compatriotas fanáticos del automovilismo y a los seguidores que tiene el Gran Circo en el planeta. Pero también se convirtió en una máquina de recaudar dinero.

Para entender la trascendencia que logró Verstappen solo hace falta observar las estadísticas y descubrir que, hasta el Gran Premio de España de 2016, en Montmeló, ningún piloto de su país había trepado a lo más alto del podio en la F1.

El que había estado más cerca de lograrlo había sido justamente su padre, Jos, que en 1994 salió tercero en los Grandes Premios de Hungría y Bélgica cuando era compañero de equipo de Michael Schumacher en Benetton, quién sería campeón dicha temporada. Por lo tanto, los Verstappen son los únicos neerlandeses en subirse al podio y Max el único en ganar una carrera. Y ahora es campeón mundial.

Antes de Max, Países Bajos estuvo representado por Christian Albers (46 carreras entre 2005 y 2007 con Minardi, Midland y Spyker), Robert Doornbos (11 carreras entre 2005 y 2006 con Minardi Y Red Bull) y Giedo van Der Garde (19 GP’s en 2013 con Caterham). El mejor clasificado resultó Albers, con un quinto puesto en Indianápolis 2005, con Minardi. El resto, todos estuvieron en escuderías menores con pocas opciones de triunfo.

Además de la ausencia de pilotos en grandes equipos, el declive del interés del país por la categoría se debió a que el Gran Premio de Países Bajos no estuvo en el calendario desde 1985. Y allí apareció Max, para que con su popularidad, el rating en el país volviera y así justificar que el Gran Premio en el circuito de Zandvoort regresara.

Max con los reyes de Países Bajos, mostrándoles el monoplaza de Red Bull

Una teoría refuerza la idea de que la irrupción de Verstappen en Red Bull Racing coincide con un período complejo de la selección de fútbol, en la que la falta de resultados en los últimos años ha hecho que la selección nacional no tenga tanto interés. Y falta de razón no hay, ya que la última buena actuación que registra data del Mundial de Brasil 2014, cuando salió tercera. Y Max debutó en la categoría en 2015. Luego de eso, Países Bajos no clasificó a la Eurocopa de 2016 ni al Mundial de Rusia de 2018. Estuvo en la Eurocopa de 2020, pero quedó afuera en octavos de final. Mientras, Max no paraba de ascender.

Ese fanatismo que despertó Verstappen se refleja en las carreras, donde una marea naranja tiñe las tribunas y además de color esa presencia le agrega ruido. La agencia de viajes Max Verstappen Official Travel es la que se encarga de reservar esos espacios para los fans en varias carreras cada año, algo que el resto de los pilotos solo logran cuando corren en su país.

Ahora, con el anuncio de que Verstappen usará en 2022 el número 1 pintado en su coche (el número está reservado para el campeón de la temporada anterior, el cual es libre de usarlo o no), algo que no sucedía desde 2014 cuando Sebastian Vettel lo usó por primera vez, el marketing explotó. El merchandising de Max con el 1 al lado es lo más vendido en la previa de la temporada que se viene.