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El Gran Premio de México siempre es un evento especial para Sergio ‘Checo’ Pérez, un escenario que lo motiva a dar lo mejor de sí frente a su afición. Sin embargo, el último GP en su país natal se convirtió en una pesadilla. Apenas 18 segundos después de comenzar, Checo se vio obligado a abandonar la carrera tras un desafortunado choque con Charles Leclerc. La jornada, que prometía ser de celebración, terminó con lágrimas y decepción para el piloto mexicano y sus seguidores.

Todo inició con la señal de arranque: los 20 pilotos aceleraron hacia la primera curva, y Checo, junto a su compañero Max Verstappen, lograron posicionarse bien ante los Ferrari. Sin embargo, en un intento por ganar ventaja, el monoplaza de Checo hizo contacto con el de Leclerc, lo que provocó un fuerte impacto que lanzó a Pérez fuera de la pista y de la competencia. Aunque el equipo Red Bull trabajó arduamente para evaluar daños, los esfuerzos fueron en vano: el auto no pudo continuar.

El golpe emocional de abandonar en casa

El abandono en México dejó una marca en Checo, quien fue captado visiblemente afectado y frustrado al ver cómo se desvanecía su oportunidad de subir al podio en su tierra. “Es muy difícil cuando estás tan ilusionado, y en un segundo todo cambia”, comentó después del evento. Este resultado no solo impactó en su desempeño en el campeonato, sino también en el ánimo de un piloto que anhelaba dar una alegría a sus compatriotas.

A pesar del trago amargo, la emoción de competir en México se mantiene viva para Pérez. Recordando uno de sus momentos más especiales en el GP de su país, Checo rememoró su primer podio en México en 2021. “Ese día fue inolvidable porque tuve a mi hijo conmigo mientras el público me aclamaba en el Foro Sol. Es algo que espero recordar para siempre y espero poder repetirlo,” expresó Pérez con nostalgia.

La pasión y el orgullo de correr en casa

La Fórmula 1 en México es más que una carrera para Checo; es una oportunidad de convivir con su gente y de compartir experiencias únicas, como el tradicional partido de fútbol que organiza cada año junto a sus amigos, patrocinadores y, en ocasiones, otros pilotos. “Es genial estar de vuelta. Creo que el GP de México es el mejor del mundo. Desde el primer año, la gente fue increíblemente entusiasta y ganamos el premio al mejor Gran Premio de Fórmula 1 por cinco años consecutivos”, afirmó orgulloso el piloto.

A pesar de la frustración vivida en el último GP de México, Checo Pérez se mantiene firme en su amor y gratitud hacia sus fanáticos y espera que la próxima edición le brinde la revancha que tanto ansía.