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La salida de Adrian Newey de Red Bull ha generado preocupación en todo el equipo, incluido el padre de Max Verstappen, Jos Verstappen. En declaraciones a De Telegraaf, expresó su temor de que el equipo corra el riesgo de desmoronarse si las personas clave no permanecen a bordo. Esta preocupación se suma a un año turbulento para Red Bull, que incluye el caso de Christian Horner, director del equipo, envuelto en una investigación por presunta conducta inapropiada.
Newey, considerado un genio en aerodinámica de Fórmula 1, ha sido una figura esencial en los éxitos de Red Bull a lo largo de los años. Su partida, rumbo a Ferrari, representa un duro golpe para el equipo austriaco, ya que ha contribuido significativamente a los 13 títulos mundiales que poseen.
La preocupación por el futuro de Red Bull se intensifica con la incertidumbre sobre el futuro de Max Verstappen, quien está siendo tentado por Toto Wolff, jefe de Mercedes. Aunque los rumores sugieren que Verstappen está ignorando estas propuestas, la salida de Newey podría cambiar la dinámica en el equipo.
La salida de Newey es un revés para Red Bull, que se enfrenta a un año lleno de cambios y desafíos. La estabilidad y la retención de las figuras clave se han convertido en prioridades para el equipo en medio de estas turbulencias.