La Fórmula 1 es un mundo especial. La categoría reina del automovilismo tiene historias dentro de historias, muchas de las cuales no salen a la luz y se desconocen por completo. En el paddock suele reinar el hermetismo entre los equipos, los pilotos y las escuderías y ese ambiente suele hartar a muchos que prefieren alejarse de allí. Pero hay otras historias que destacan por tener un final feliz, como la de Nyck De Vries.
El neerlandés de 27 años es uno de los talentos que por una razón u otra, nunca pudo tener asiento en la Fórmula 1 cuando le correspondía. Se sabe que en el Campeonato manda el dinero y pilotos con mayor presupuesto y patrocinadores detrás son los que tienen mejores opciones. Aún así, De Vries esperó su chance.
En 2010, con apenas quince años, Nyck ingresó al Programa de Jóvenes Pilotos de McLaren luego de haber ganado el Campeonato Mundial de Karting de la categoría KF3, misma categoría en la que se han consagrado pilotos como Vettel, Leclerc, Russell, Albon o Norris. Ya como miembro del equipo de Woking, pasó a la Fórmula Renault 2.0 en la que se consagró en 2014. Al año siguiente asciende a la 3.5 y finaliza tercero en el campeonato.
Su ascenso al GP3 es lógico y para 2016 ficha por ART Racing, uno de los principales equipos de la categoría. El neerlandés finaliza sexto y pasa a competir en 2017 en la flamante Fórmula 2 (ex GP2 Series) en el equipo Rapax. En dicho campeonato coincidiría con pilotos como Leclerc (sería el campeón), Albon, Sergey Sirotkin, Nicholas Latifi y Lando Norris, todos con futuro en Fórmula 1. De Vries finaliza sexto y su ilusión para dar el salta se mantiene.
En 2018 ficha por PREMA, y coincide con Albon, Russell, Latifi y Norris. Cabe destacar que Lando era en ese momento, el protegido de McLaren y estaba por delante de De Vries en la consideración. Nyck ya llevaba ocho años como parte de la estructura del equipo. En ese campeonato, el neerlandés finalizaría cuarto, detrás de Russell, Norris y Albon.
2019 es el año del quiebre. Con Russell, Norris y Albon ya en Fórmula 1, De Vries esperaba que también tuviera su lugar, pero ese nunca llegó, por lo que anuncia que deja el Programa de Jóvenes Pilotos de McLaren y vuelve a fichar por ART para competir en Fórmula 2. Con cuatro triunfos y once podios ganó el Campeonato con un 52 puntos de ventaja sobre Nicholas Latifi, su perseguidor.
Pero la oportunidad en Fórmula 1 seguía sin llegar, a pesar de que se había unido a Mercedes como piloto probador y de reserva. En cambio, pilotos como Latifi o Mazepin, que habpian quedado detrás de él en F2 ya estaban en F1 por su peso económico. Mercedes lo envió a la Fórmula E y en la temporada 2019-2020 finalizó sexto en el Campeonato de Pilotos.
Para el año siguiente, De Vries volvería a mostrar su talento y se consagraría en la Fórmula E con dos triunfos y cuatro podios en total para quedar en lo más alto de la tabla de pilotos. La Fórmula 1 no tardaría en llegar, a pesar de que con ya 27 años, el sueño parecía lejano.
En 2020 había disputado las sesiones de postemporada con Mercedes en Yas Marina y para 2021 había sido confirmado como piloto de reserva del equipo. En 2022, Toto Wolff intentó colocar a De Vries en Williams (motorizado por Mercedes) para ocupar el asiento que Russell dejaba libre en el equipo pero en Williams prefirieron a Alex Albon. El problema para De Vries era que carecía de experiencia en la categoría, más allá de su demostrado talento.
Mientras, Nyck seguía probando monoplazas. Williams lo subió a uno de sus carros en las sesiones del Gran Premio de España y Mercedes hizo lo propio en Le Castelet durante el Gran Premio de Francia. Y así, con más experiencia en su haber, llegó el Gran Premio de Italia en Monza, donde llegaría la hora de De Vries.
El viernes, había sido convocado por Aston Martin para ocupar el asiento de Sebastian Vettel en las primeras prácticas libres, como parte de una nueva sesión para sumar experiencia. Una vez finalizada las prácticas, fue llamado por Williams de urgencia para sustituir a Albon, quien sufrió una apendicitis y no podría competir. Dado que De Vries ya había pilotado el FW44, era la mejor opción de reemplazo.
Finalmente, en la qualy consiguió avanzar a la Q2 clasificando decimotercero, superando a su compañero Nicholas Latifi. Luego de que varios pilotos decidieran penalizar por cambio de componentes, el neerlandés finalmente largó en octava posición y en la carrera del domingo protagonizó una de las actuaciones del día finalizando noveno con uno de los peores carros de la parrilla y sumando dos puntos para el campeonato. Así, con solo una carrera disputada igualó la mejor actuación del equipo en la temporada (Albon salió noveno en Miami) recibiendo la felicitación de todo el paddock.
“Las últimas 48 horas fueron un sueño, aunque no tuve demasiado tiempo para pensar, porque todo fue muy rápido. Dormí mal, muy mal, pasé de la excitación al nerviosismo y no me atreví a mirar el seguimiento del sueño, porque básicamente pasé toda la noche despierto. Quizás eso me ayudó: no podía pensar, sólo tenía que seguir con el trabajo”, explicó post carrera.
Lo que queda para De Vries es esperar a que se defina su futuro para 2023. Williams sería el lugar ideal, ya que ya conoce de sobra la estructura y el equipo. Alex Albon ya renovó su contrato con la escudería, que debería deshacerse de Latifi, quien hace rato parece no dar la talla, aunque aporta millones con los patrocinadores que posee. De todas formas, el neerlandés parece tranquilo, ya con su debut a la altura.
“Siento que no hubiera estado en esta parrilla si no lo mereciera y creo que tuve una buena actuación el fin de semana. Pero siempre se espera que los pilotos hagan un buen trabajo y no depende de mí decidir ninguna alineación. Este mundo es muy volátil y no solo cuentan los méritos, así que el futuro está fuera de mi control. Lo que viví no me lo podrá quitar nadie, así que independientemente de si estaré en la F1 puedo mirar atrás y estar orgulloso de mi debut”, cerró.