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Los hay de todo tipo; como Goliat ninguno. Camiones livianos, medianos, grandes, extrapesados, on road, off road, chasis, tractor, con cuatro o diez ejes, pero nada se compara con la ingeniería del gigante de las nieves capaz de transportar decenas de toneladas en plena Alaska.
Claro, no se trata de un camión producido en serie, sino de uno que lleva una fuerte inversión y un desarrollo fuera de lo normal para que este bólido denominado Goliat logre hacerse camino en un lugar donde solo hay nieve y desniveles.
Para circular en una de las regiones más inhóspitas del planeta y donde no existen los caminos, se necesita algo fuera de serie. No basta con un camión 8×8 del tipo heavy tipper, porque incluso estos sufren considerablemente en la llanura de Alaska, uno de los cincuenta estados de EE.UU.
Bautizado Goliat, como el mítico personaje bíblico derribado por David, los camiones en cuestión se encargan de transportar combustible, vehículos, equipos de construcción e incluso oficinas en contenedores, recorriendo tramos con espesa nieve y donde, insistimos, no hay calles ni rutas.
Estas cargas resultan extrapesadas, ya que pueden alcanzar hasta los 50.000 kg y se necesita algo más que tracción para moverlos en plena nevada y temperaturas bajo cero. Por esta razón, la empresa Peak Oilfield Service le encomendó al fabricante norteamericano Busby International la creación de esta bestia.
Goliat fue desarrollado con la cabina del Freightliner Argosy, la cual queda pequeña ante un chasis específico y sobredimensionado. Qué decir de la propulsión: dos motores Caterpillar de 425 CV, siendo el primero instalado detrás de la cabina para darle tracción a las diez bolsas de aire y otro en la quinta rueda dedicado a los ejes del remolque.
Ahora bien, ¿Bolsas de aire? Sí, Goliat cuenta con 16 grandes neumáticos del tipo bolsas de goma, que se inflan entre 8 y 16 libras, según la carga transportada y la época del año. Cada neumático mide 1,37 metros de diámetro y 1,72 metros de ancho. Este tipo de neumáticos especiales fueron desarrollado por William Hamilton Albee en la década del ‘30, cuando vio a un grupo de pescadores en Alaska que usaban bolsas de piel de foca infladas para sacar un bote grande del agua y podían sortear obstáculos como rocas y troncos sin dificultad.
Gracias a su concepción, prácticamente no se daña el suelo de Alaska, conocido como tundra, una cubierta vegetal que está formada por musgos, líquenes y otras pequeñas especies.
Esta acción va de la mano del operador del equipo, que puede controlar la presión de cada bolsa individualmente, con el objetivo de equilibrar la carga o estabilizar la dirección. En verano, por ejemplo, la presión de los neumáticos es más baja, lo que garantiza un mayor cuidado de la tundra.
En total, Peak Oilfield Service cuenta con 31 unidades entre Goliat y Golias, otra variante, y que son fabricados por diferentes empresas. Los más grandes pesan 37 toneladas, miden 15 metros de largo por 4,8 metros de ancho, y poseen tanque de hasta 5.600 litros.