De estar con chances de subirse a un nuevo podio, a mandar mensajes de reproche por radio a sus ingenieros. Esa fue la carrera de Lewis Hamilton en Singapur, que tuvo momentos de todo tipo menos agradables en el regreso a Marina Bay.

El británico de Mercedes largaba en segunda fila después de una qualy en la que estuvo a milésimas de quedarse con la pole. Pero el domingo todo se echó a perder quedándose atrapado detrás de la Ferrari de Carlos Sainz que, si bien era más lenta, se las arregló para no dejarse superar.

Y allí fue donde estuvo el reproche, ya que Hamilton acusó al equipo de no hacer caso omiso a su sugerencia de comenzar la carrera con un determinado juego de neumáticos. Los ingenieros optaron por ponerle otro y, por lo que vio el piloto, esa fue la causa de no poder tomar ritmo suficiente para superar al español.

“Les advertí sobre estos neumáticos, de ahora en más tienen que escucharme chicos, no tengo nada de agarre”, transmitió Hamilton a su equipo vía Peter Bonnington (Bono, como lo apoda Lewis). AL ser consultado sobre ese mensaje, que sorprendió a todos los espectadores, Hamilton expresó:

“Quería comenzar la carrera con neumáticos intermedios usados. Hice vueltas a la parrilla en un juego usado y fue mejor. Nos costó varias vueltas que subieran las temperaturas y no podemos calentar nuestros neumáticos tan rápido como los demás por alguna razón, tanto con los de mojado como de seco”, explicó el heptacampeón del mundo.

Para colmo, ese nerviosismo por arrancar la carrera de mala manera se vio reflejado en los dos errores que tuvo el de Mercedes. Primero, al querer superar a Sainz se fue contra el muro dañando la trompa. Tras ese incidente quedó relegado al octavo lugar y, sobre el final de la carrera, cuando perseguía a Sebastian Vettel, se pasó de largo en una frenada y perdió el lugar con Max Verstappen (otro que la tuvo complicada) finalizando noveno.