El Circuito de Interlagos es, de por sí, uno de los míticos escenarios de la Fórmula 1. Durante años fue la última carrera del calendario y se han visto increíbles cierres de campeonato. Y si encima se le agrega lluvia, el espectáculo está garantizado.

Y eso ocurrió en la qualy del Gran Premio de Brasil de este año, que si bien es la qualy para la carrera sprint, cuenta en las estadísticas como clasificación original. El clima cambiante, con lluvias esporádicas y las dudas de muchos equipos sobre qué tipo de neumático poner, hicieron que se vean tiempos sorprendentes, sobre todo en Q3, con un ganador totalmente sorpresivo.

Mientras caía una fuerte lluvia sobre el circuito de Interlagos, la sesión final de la Q3 terminó en un alboroto eufórico con el popular y modesto danés de 30 años sentado en su auto celebrando mientras el reloj se agotaba. Claro, el de Haas había aprovechado un breve período de seco para marcar su mejor tiempo con gomas blandas y la lluvia cayó inmediatamente después para dejar sin opción al resto.

Magnussen se encontraba disputando su Gran Premio número 141, lo que lo ubica en el tercer lugar de la lista pilotos que más han tenido que esperar para lograr su primera pole position, detrás de Checo Pérez (216) y Carlos Sainz (151). Por si fuera poco, el danés de 30 años se encontraba corriendo su centésima carrera con Haas, equipo para el que pilotó entre 2017 y 2020 y para el cual regresó este año luego del despido de Nikita Mazepin.

La qualy también fue histórica para el equipo estadounidense, ya que se trata de la primera pole position de la escudería, una de las más débiles de los últimos años y que ha tenido una clara mejora en este curso, tanto en los resultados de Magnussen, como en los de su compañero Mick Schumacher