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Ross Brawn se puso al frente de un grupo de trabajo que tenía como objetivo diseñar un monoplaza que fomentase las luchas en pista y acabase con el problema histórico que ha tenido la Fórmula 1 a medida que la aerodinámica ganaba peso y que impedía a los distintos monoplazas seguirse de cerca.
El afamado ingeniero británico presentó su proyecto, la última gran revolución de la Fórmula 1. Vehículos basados en efecto suelo y limitación de las áreas de trabajo. Con un año de retraso debido a la pandemia, los nuevos monoplazas se presentaron en 2022.
El objetivo parecía cumplido ya que sí parecía que los vehículos podían seguirse de cerca y el número de adelantamientos, ese factor determinante para la mayoría de aficionados, se incrementó notablemente. Pero aparecieron otros inconvenientes. Nadie fue capaz de predecir el ‘porpoising’ ni la violencia de este, así que la FIA se vio obligada a actuar para mitigar sus efectos.
Este año 2023 se incluyeron nuevas medidas ‘anti-porpoising’ hasta el punto de que incluso en circuitos bacheados se ha eliminado. El precio a pagar no ha sido otro que la dificultad para seguir a otros vehículos y con ello, los adelantamientos, que fue la razón por la que se introdujo este nuevo reglamento técnico. Ya desde la primera carrera diferentes pilotos han ido alarmando de este problema con el recuerdo cercano del comienzo de temporada 2022, pero no parece haber solución.
El pasado Gran Premio de Bakú solo contó con 23 adelantamientos en pista, chocando directamente con los 62 de la temporada 2019 o los 80 de la caótica edición de 2016. Y la calidad de estos 23 adelantamientos también dejó mucho que desear, como los de Verstappen y Pérez a Leclerc por DRS antes de llegar a la frenada o los cinco adelantamientos que sufrió Hülkenberg cuando los neumáticos duros llegaron a su fin tras casi 300 kilómetros.
Bahréin sigue siendo la cita con más adelantamientos de la temporada, con solo 37, seguido de cerca de los 36 de Arabia Saudí. Australia se queda con 29, a pesar de los cambios realizados en el circuito con el único fin de fomentar adelantamientos y de las cuatro zonas de DRS. Números muy lejos de los soñados por la F1 a la hora de implementar el nuevo reglamento.