La Fórmula ha tenido un renacer desde que en 2016 fue vendida a la empresa Liberty Media que le dio un empujón en cuanto al marketing y la difusión. La categoría, que desde 2014 “sufrió” el dominio de Mercedes en la era híbrida, perdió muchos seguidores que la consideraban aburrida y predecible, debido a que la escudería alemana no paraba de ganar.
Por surgió la idea de un documental que mostraba el trasfondo de lo ocurrido en el campeonato con imágenes y entrevistas exclusivas de los protagonistas, ya sean pilotos, directores de equipos y hasta periodistas que revelaban el día a día de la máxima competencia del automovilismo. Así, nació Drive To Survive, distribuida por la plataforma Netflix, convirtiendo a la serie en un éxito inmediato y haciendo que la Fórmula 1 tuviera picos de audiencia, sobre todo en mercados, como el norteamericano, que no habían sido capturados.
Pero la serie no estuvo exenta de polémicas. Ya que de inmediato fue tildada de poco realista, al mostrar rivalidades que no existían, agrandar conflictos o desvirtuar declaraciones que, si bien generaban un contenido atrapante para el nuevo espectador, era totalmente inaceptable para el que ya conocía el mundo de la Fórmula 1 y sabía que lo que mostraba la serie, si bien ofrecía un contenido original y novedoso, no era cien por ciento real.
Y así fue que llegaron las primeras censuras al producto. Pilotos como Max Verstappen se negaron a participar con entrevistas exclusivas en la serie (justo en la temporada que se coronó campeón) y otros mostraron sus dudas acerca de querer hacerlo en el futuro, como Lando Norris y Carlos Sainz Jr., que vieron como en la serie mostraban una rivalidad entre ellos en su paso por McLaren que en la realidad estaba lejos de existir.
El actual corredor de Ferrari manifestó: “En mi caso y en el de Lando, creo que fueron un poco demasiado lejos. Incluso los aficionados que conocen la Fórmula 1, que son muchos, se dieron cuenta de que Netflix probablemente ha ido demasiado lejos con Lando y conmigo”.
Por lo que la dirección de la Fórmula 1 tuvo que actuar. “No hay dudas de que el proyecto de Netflix ha tenido un efecto muy exitoso. Para despertar el interés de una nueva audiencia ha dramatizado las historias. Un conductor que se niega a participar porque siente que no está siendo representado de la manera correcta, no es algo constructivo”, apuntó Stefano Domenicali, el CEO de la Fórmula 1
“Hablaremos con Netflix porque es necesario que la historia no se aleje de la realidad; si no, ya no encaja. Es un tema que abordaremos con los pilotos. Tenemos que asegurarnos de que un proyecto que ha generado una tracción tan excepcional tenga un lenguaje que siga atrayendo, pero sin distorsionar la imagen y el significado del deporte con el que vivimos todos los días”, expuso el ex jefe deportivo de la escuadra Ferrari.