Si bien la Fórmula 1 es la máxima competición automovilística en todo el mundo, hay algunos países en los que prefieren otro tipo de categorías de motores. Y Estados Unidos es uno de ellos, donde el NASCAR, los stock cars y los Indy Cars son mucho más populares que los coches de F1.

Es más, tal es así, que un país tan tradicional en los coches de velocidad, apenas tiene dos campeones del mundo la Fórmula 1. Phil Hill, campeón en 1961 con Ferrari y Mario Andretti en 1978 con Lotus son los únicos pilotos de ese país en consagrarse.

Y justamente Andretti es el que puede regresar a la Fórmula 1, ahora como dueño de un equipo. Según los reportes de la prensa especializada, Andretti Autosport podría arribar al gran circo automotor y de esa forma tendría asegurada su presencia en casi todas las grandes competencias.

Andretti estaría evaluando comprar la escudería Sauber en más de 300 millones de dólares. Si bien la escudería ahora opera bajo el nombre de Alfa Romeo por cuestiones comerciales, sigue estando bajo el ala del tradicional equipo suizo. Ese convenio finaliza en 2022 y Sauber puede negociar con quien quiera.

Así, Andrettí estaría presente también en IndyCar, su categoría matriz, la Fórmula E, donde seguirán pese a la separación de BMW, la Indy Lights, la Extreme E, el IMSA y los Supercars australianos. Incluso, se sumarían a Haas siendo el segundo equipo estadounidense en la parrilla, algo totalmente impensado años atrás.

La entrada de Andretti podría cumplir uno de los sueños de Liberty Media, el de tener un piloto estadounidense en la Fórmula 1. El elegido sería Colton Herta, que actualmente solo tiene 21 años, ya corre para Andretti, ha ganado cuatro carreras en la IndyCar y le patrocina el gigante financiero Gainbridge, brazo económico de Andretti en esta operación.

Dentro de solo una semana se disputará el Gran Premio de los Estados Unidos en el circuito de Austin, y tal vez sea el mejor escenario posible para anunciar una compra que podría cambiar dramáticamente la estructura de la parrilla. Con el Gran Premio de Miami a la vuelta de la esquina, la apuesta de la Fórmula 1 por Estados Unidos cada vez es mayor.