El aparente problema en el asiento de Lewis Hamilton durante el Gran Premio de Bahréin resultó ser un malentendido, ya que el asiento no estaba roto, sino ligeramente desplazado.
La controversia en torno al asiento de Lewis Hamilton durante la reciente carrera en Bahréin ha tomado un giro inesperado, ya que Mercedes ha confirmado que el asiento no estaba roto, sino desplazado. Después de que Hamilton se quejara por la radio de que sentía que “llevaba el culo en el aire”, surgieron dudas sobre la integridad de su asiento.
Andrew Shovlin, director de ingeniería de Mercedes AMG F1, aclaró que los asientos modernos están diseñados para levantarse en caso de un accidente, y la sujeción del asiento en el coche proviene de los cinturones de seguridad, que están anclados en una roseta central. En este caso, Shovlin sugiere que si Hamilton estuviera ligeramente suelto, el asiento podría haber experimentado un ligero movimiento, pero no había evidencia de daño estructural.
“Lo único que podemos pensar es que si Lewis estuviera un poco suelto, el asiento pudo moverse un poco y tal vez se levantó, tuvo un poco de movimiento y volvió a caer, porque al mirarlo después, no hay evidencia de que algo estuviese mal”, explicó Shovlin. En resumen, el problema fue más un desplazamiento sutil que no comprometió la seguridad del piloto.
Aunque la situación pudo haber sido incómoda para Hamilton, Shovlin destacó que, dado que los pilotos están firmemente sujetos al asiento con cinturones de seguridad, incluso un fallo leve del asiento no pondría en peligro su seguridad. El misterioso problema en el asiento de Hamilton ha sido aclarado, y el heptacampeón pudo completar la carrera sin mayores contratiempos una vez que el asiento se estabilizó.