Se sabía desde hace meses, pero finalmente es oficial. Red Bull es el nuevo campeón de constructores de la Fórmula 1. A los dos títulos de Max Verstappen en el campeonato de pilotos, faltaba agregarle el de equipos, tras un largo dominio de Mercedes en la categoría. En 2021, Verstappen se quedó con su primer título, pero la escudería alemana mantuvo el dominio en el de constructores por octavo año seguido. Pero 2022 fue distinto.
El equipo de la bebida energética se mostró muy sólido y, tras la baja de rendimiento de Mercedes y los errores de Ferrari (el único que podía pelearle el campeonato) quedó con el camino allanado hacia el trono, aquel que perdió en 2014, justamente, cuando comenzó el reinado de Mercedes en la era híbrida. Curiosamente, la forma en la que perdió el trono, fue la misma en la que lo recuperó.
Un nuevo reglamento técnico que obligó a diseñar los monoplazas desde cero acabó con la supremacía de Mercedes, toda una temporada detrás tanto de Red Bull como de Ferrari. Y si bien todo se complicó en la primera carrera, con los dos Red Bull abandonando en Sakhir y con Max volviendo a retirarse en Australia, la cuestión es que fue solo un susto.
La temporada de Red Bull y especialmente de Max Verstappen ha sido brillante, acabando todas las carreras con las que ha sumado un total de trece victorias, un segundo puesto, un tercer lugar, y dos séptimas posiciones como peor resultado. Además de los trece triunfos de Verstappen, hay que sumar las dos victorias conseguidas por Pérez en Mónaco y Singapur. Quince victorias de diecinueve posibles que hacen imposible que esto tuviera un resultado diferente al título para Red Bull.
El triunfo de Red Bull, el quinto desde que en 2005 el equipo Jaguar se convirtiera en Red Bull Racing, no puedo llegar en un momento más emotivo, pues el sábado se conocía el fallecimiento de Dietrich Mateschitz, fundador de la marca de la bebida energética Red Bull y amante de la Fórmula 1, máximo instigador de la creación del equipo y su multimillonaria inversión para hacerlo campeón.