Tensión es lo que se vivió en el Circuito Callejero de Jeddah, Arabia Saudí, en el marco de la segunda fecha del calendario de la temporada 2022 de la Fórmula 1. Y no precisamente por la velocidad del trazado, las curvas estrechas o los duelos entre equipos. Sino más bien, por atentados terroristas.
Si, aunque cueste creerlo, la misma Fórmula 1 que decidió no correr en Rusia tras la invasión de este país a Ucrania, en este momento se encuentra disputando un Gran Premio en un territorio que lleva años de conflictos con rebeldes de Yemen y que ahora puso en riesgo el mismísimo trazado.
En la jornada de ayer, en plenos entrenamientos libres, se reportaron ataques a las instalaciones de la petrolera Aramco, ubicada a diez kilómetros del circuito. De hecho, en la transmisión oficial se podía ver a lo lejos la humareda provocada por las explosiones al mismo tiempo que los pilotos ponían a punto la configuración del monoplaza.
Cuando la situación se hizo indisimulable, se convocó a una reunión entre directivos de la categorías, jefes de los equipos y los pilotos que se extendió por casi dos horas en los que se debatió si seguir con el curso del fin de semana o suspender la actividad por no haber garantías de seguridad.
Finalmente, tras la extensa reunión, se confirmó que el Gran Premio se correrá normalmente luego de que, tanto el Gobierno, como la FIA, garantizaran la seguridad e integridad de los pilotos durante la clasificación de hoy como en la carrera de mañana.
Arabia es la segunda parada del calendario, luego del debut de la temporada en Bahréin, donde Ferrari fue el claro dominador al lograr un 1-2 con LeClerc y Sainz, mientras que Lewis Hamilton obtuvo el tercer lugar. La sorpresa fue, sin dudas, los abandonos de Max Verstappen y Sergio Pérez por problemas técnicos en los dos Red Bull, durante las últimas vueltas de la carrera.