“Por lo general los que dominan no quieren cambios: quieren que todo permanezca igual. Es a los fanáticos a los que hay que preguntarles qué tipo de cambios prefieren en una competición”. Esta es una frase que se puede escuchar en muchas reuniones de directivos de alguna competición, y que provoca fuertes debates a la hora de decidir el camino que hay que tomar a la hora de un cambio.
Torneos como las Eliminatorias para la Copa Mundial de Fútbol, la Copa Davis o el mismo deporte automotor sufrieron cambios abruptos que descolocaron a los fanáticos a la hora de meterse de lleno en el deporte que los apasiona.
Pero la Fórmula 1 aprendió de sus errores y, con la llegada de los nuevos dueños, la gente de Liberty Media, cambiaron el enfoque. Y el éxito fue inmediato en un mundo donde los cambios, si bien son constantes, se mantienen en el desarrollo del coche y no en la llegada a los espectadores.
Hoy, la edad promedio del fan de F1 es 32 años. En 2017 era 34 años. Entre todos los encuestados, el 34% de los participantes es menor de 24 años, mientras que el 63% lo constituyen los menores de 34 años. Otro dato es el crecimiento de la participación femenina: 18% del total de los encuestados; en 2017 las mujeres fueron el 10$ del total. La Fórmula 1 también atrajo a un 34% de nuevos fans en los últimos cinco años.
Todos los datos de crecimiento, acercamiento de nuevos seguidores y presencia marcada de un audiencia femenina hay que analizarlos también bajo la influencia de la serie “Drive to Survive” estrenada en Netflix en 2019. Un círculo virtuoso donde la realidad de las competencias fue transformada en un modo de ficción, para luego retornar como atractivo novedoso para el público que no solía ver las carreras y ahora sí lo hace. Ferrari y Mercedes no quisieron tomar parte del show en la primera temporada y revisaron su postura para la segunda al ver el éxito global de la propuesta.
El impacto de la serie en Estados Unidos se vincula con números que pueden ser una coincidencia, pero todos saben que responden a una causalidad: las carreras de F1 tenían 547 mil espectadores promedio en ESPN y tras el estreno de la serie saltaron a 928.000. Y justamente Estados Unidos es uno de los mercados en los que aún la categoría no termina de explotar.
El dato negativo del reporte está en que a los fanáticos les gustaría ver más sobrepasos de pilotos en la pista. Como si fuera una pulsión inevitable por satisfacerlos, la maniobra de Verstappen sobre Hamilton, en la última vuelta de la última carrera del año, luce ahora como la respuesta de la Fórmula 1 a sus “clientes” que definitivamente reciben aquello que esperan.
Pero en Liberty Media ya se anticiparon y el cambio de reglamento para 2022 incluye una modificación de los monoplazas donde la aerodinámica juega un factor clave y, en resumen, el nuevo diseño favorece la persecución de los autos y los adelantamientos tanto en rectas como en curvas. Porque si algo aprendió la F1, es a darle al público lo que el público quiere.