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Jaime Alguersuari desde hace tiempo es DJ Squire por su dedicación profesional. Llevaba casi diez años sin pisar un circuito de Fórmula 1. Se formó en el estricto y exigente programa de formación de pilotos de Red Bull, presionado al límite, como otros compañeros, por Helmut Marko, el Sargento de Hierro del Gran Circo.

Debutó con 19 años con Toro Rosso, la escudería filial, y pilotó en la élite durante tres años, en los que compitió en 46 Grandes Premios, puntuando en diez de ellos. En ese momento se adjudicó el récord de piloto más joven en debutar en la Máxima. Le hicieron salir del escenario por la puerta de atrás. Después de ser piloto probador de Pirelli y participar en varias carreras de la Formula E, con coches eléctricos, desconectó durante un tiempo del competitivo mundo las cuatro ruedas. Ahora vuelve a seguir de cerca la Fórmula 1 y ha estado en Silverstone, invitado por su gran amigo Carlos Sainz.

De todas formas, no guarda rencor por la escudería austríaca, conocida por sus exigentes métodos para con sus jóvenes pilotos y la poca paciencia que le suele tener a los jóvenes talentos si estos no demuestran resultados en el corto lapso. Alguersuari fue uno de los que pasó por la “picadora de carne”, como así también lo hicieron Pierre Gasly, Alex Albon, Carlos Sainz, Sebastian Buemi, Daniil Kviat o recientemente Nyck De Vries. Igualmente, el piloto español reconoce que “no sería lo que soy yo sin Red Bull”.

“Todos los que hemos pasado por Red Bull hemos sido máquinas. Esa es la escuela que teníamos. O ganas o mueres. Todo era cuestión de sobrevivir o morir. Todos hemos sentido esa presión máxima del doctor Marko. Carlos, Vettel, Buemi, yo. Si no ganas la próxima carrera no correrás más con nosotros, nos decian”, rememoró el piloto.

Red Bull es el mejor equipo en la historia de la Fórmula 1 porque no cometen errores y no hay grietas en su estructura y planteamientos. Todo encaja. No cometen errores nunca. Clava las estrategias, los cambios de neumáticos… los mecánicos de Red Bull también son los mejores del paddock. Construir un equipo ganador es fundamental. No sólo consiste en hacer un gran coche”, analizó.