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La Fórmula 1 tuvo desde siempre episodios trágicos, debido a los riesgos de conducir vehículos que superan los 300 kilómetros por hora. Lamentablemente, no son pocos los pilotos que han perdido la vida en alguna carrera o en alguna práctica trazando algún circuito. Pero pocos han tenido el impacto que tuvo el Gran Premio de San Marino de 1994 disputado en el Circuito de Imola, del cual se cumplen 29 años.

El 1 de mayo de 1994 se corrió una de las carreras más oscuras de la historia de la categoría. Un fin de semana donde reinó la tragedia y se llevó la vida de dos pilotos, el debutante Roland Ratzenberger y el multicampeón Ayrton Senna, quienes terminaron siendo las víctimas que convencieron a la FIA de que había que realizar cambios urgentes en la seguridad de los pilotos.

El viernes 29 de abril, durante la primera sesión de entrenamientos libres,​ Rubens Barrichello, del equipo Jordan, golpeó una defensa en la curva Variante Bassa a 225 km/h, lanzando el monoplaza por los aires.​ El coche golpeó lo alto de la barrera de neumáticos y Barrichello quedó inconsciente.

Su Jordan dio varias vueltas de campana antes de detenerse cabeza abajo. Equipos médicos le asistieron en el lugar del accidente y luego fue llevado al centro médico. Barrichello volvió al circuito al día siguiente pero su nariz rota y su brazo enyesado le obligaron a perderse el resto de las actividades del fin de semana, incluyendo la carrera. Que el brasileño hubiera sobrevivido al siniestro hizo despreocupar al resto de los pilotos y equipos y el accidente quedó como un hecho aislado. Pero vendría lo peor.

El sábado, a los veimte minutos del inicio de la segunda sesión de clasificación, el piloto austríaco Roland Ratzenberger, del equipo Simtek, no pudo sortear la curva Villeneuve y su coche golpeó una barrera de hormigón de forma casi frontal, muriendo al instante.

Aunque la celda de supervivencia permaneció mayormente intacta, la fuerza del impacto le infligió una fractura en la base del cráneo. Ratzenberger, que estaba en su primera temporada como piloto de Fórmula 1, había pasado en su vuelta previa sobre un bordillo en la chicana Acqua Minerale, lo que se cree que dañó su alerón delantero. En lugar de regresar a los talleres, continuó para otra vuelta rápida. Yendo a 306 km/h se le desprendió volando el alerón delantero del coche dejándolo sin medios de control.

La sesión fue cancelada inmediatamente y se tomaron como tiempos finales los registros hasta ese momento, pero la acción continuó. La muerte de Ratzenberger era la primera fatalidad de un piloto en ocho años (Elio De Angelis falleció en una prueba en Paul Ricard en 1986) y la primera en carrera desde 1982 (Ricardo Paletti en Canadá). Testigos de ese momento afirmaron que Ayrton Senna se derrumbó y lloró al enterarse de la noticia.

Senna había calificado en la pole position, delante del líder del campeonato Michael Schumacher. Gerhard Berger calificó tercero y el compañero de equipo de Senna, Damon Hill, empezó en la cuarta ubicación. Pese al accidente de Ratzenberger, la carrera se disputó, ya que la FIA, en virtud de las investigaciones preliminares que se conocían en aquel momento, entendió que el fallecimiento de Ratzenberger se debió a un cúmulo de fatales coincidencias y no a fallos estructurales en el trazado.

La largada de la carrera el día domingo también fue accidentada. El Bennetton de J.J. Letho se estancó en la salida y el Lotus de Pedro Lamy se lo llevó puesto causando una colisión que arrojó partes de monoplazas por todos lados, incluso por encima de las protecciones de las gradas provocando varios espectadores con heridas.

Inmediatamente salió el carro de seguridad y los vehículos restantes armaron una fila a baja velocidad detrás de él. Tanto Senna como Gerhard Berger habían expresado su preocupación en la previa, de que el carro de seguridad no iba lo suficientemente rápido para mantener la temperatura de los monoplazas. Así, dos vueltas después del relanzamiento, Senna se estrelló en la curva Tamburello cuando lideraba la carrera.

El brasileño perdió el control del monoplaza y enfiló derecho hacia el muro impactando a más de 200 km/h. La carrera fue suspendida con bandera roja mientras los médicos atendían al piloto. Senna fue retirado del siniestrado Williams y trasladado por vía aérea al Hospital Maggiore en la cercana ciudad de Bolonia. Equipos médicos continuaron atendiéndolo durante el vuelo. Treinta y siete minutos después del choque, a las 14:55, la carrera fue reanudada y finalmente ganada por Michael Schumacher. En el podio no se realizó el tradicional festejo por respeto a Ratzenberger. Aún se desconocía el estado de Senna.

Dos horas y veinte minutos después de que Schumacher cruzara la meta, a las 18:40, la Dra. Maria Teresa Fiandri anunció que Ayrton Senna había muerto.​ El brasileño tenía 34 años. La hora oficial de la muerte fue dada, sin embargo, como las 14:17 horas, indicando que Senna había muerto instantáneamente.​ La causa de la muerte establecida por una autopsia fue que un pedazo de la suspensión del coche perforó su casco y cráneo.

Tras el fatal fin de semana, el circuito sufrió modificaciones en su trazado, el cual se había mantenido intacto desde su debut en la categoría en 1980. Las curvas Tamburello y Villeneuve se convirtieron en chicanas, mientras que se rediseñaron otros sectores. Este requisito, además de por la opinión pública, vino exigido por la FIA para renovar la homologación del circuito y, por tanto, poder celebrar allí el Gran Premio de San Marino de 1995. La FIA también cambió los reglamentos que regían el diseño de coches de Fórmula 1, al punto que para 1995 todos los equipos tuvieron que crear diseños completamente nuevos, ya que los modelos de 1994 no se podían adaptar a las nuevas normas de seguridad

La preocupación expresada en la reunión de pilotos de la mañana de la carrera, por Senna y Berger, llevaría a la reformación de la Asociación de Pilotos de Grandes Premios en la siguiente carrera, el Gran Premio de Mónaco de 1994. La Asociación, que había sido originalmente fundada en 1961, se había disuelto en 1982. El propósito principal de su reorganización fue permitir a los pilotos discutir los asuntos de seguridad con vistas a mejorar los estándares después de los accidentes de Imola.

En octubre de 1996 la FIA, en cooperación con McLaren y Mercedes, se puso a buscar un sistema de sujeción del piloto para los casos de impacto frontal. Mercedes-Benz contactó con los fabricantes del HANS (Head and Neck Support) – inglés: (soporte de cuello y cabeza) con vistas a adaptarlo a su uso en la Fórmula 1. El accesorio HANS había sido lanzado en 1991 y fue diseñado para sujetar la cabeza y el cuello en caso de accidente y evitar las fracturas de la base del cráneo, la herida que mató a Ratzenberger.

Las pruebas iniciales se mostraron exitosas y durante el Gran Premio de San Marino 2000 se publicó el reporte final el cual recomendaba el uso del HANS. Su empleo fue hecho obligatorio desde el inicio de la temporada 2001,21​ resultando un salvavidas en muchos accidentes, como en el sufrido por Fernando Alonso en el Gran Premio de Brasil de 2003.