Se hizo oficial. Tras semanas de especulación y rumores sobre la violación al límite presupuestario de Red Bull durante la campaña 2021, se confirmó cuál será el castigo a la escudería austríaca. Y, por supuesto, todas las partes implicadas tienen algo para decir.
Según el máximo organismo del deporte automotor, Red Bull superó en 1.8 millones de libras el tope de 140 millones de dólares para usar durante la temporada pasada. Eso representa un exceso de 1,6% al límite presupuestario, aunque la FIA aclaró que el motivo de dicha violación fue el mal cálculo de importes fiscales y que si la escudería los hubiera hecho bien, el exceso era solo de medio millón de libras, es decir un 0,3%.
Ante esto, el castigo a Red Bull será una multa de 7 millones de dólares y una reducción en las horas de uso del túnel de viento para el desarrollo del monoplaza para la temporada 2023. De esta forma, el equipo de la bebida energética tendrá un 63% disponible respecto a la cantidad de uso habitual. Sin embargo, esta medida no dejó contentos a nadie, ni a propios ni ajenos. Y Toto Wolff, uno de los que había pedido mano dura a Red Bull, se refirió al respecto.
“Creo que en cuanto a la sanción, para nosotros es demasiado pequeña pero para ellos, lógicamente será demasiado. Cualquier reducción del tiempo en el túnel de viento va a ser perjudicial. El grado de perjuicio es difícil de juzgar en este momento”, analizó Wolff entendiendo que ambas partes siempre pedirán a su favor.
“Creo que en términos absolutos, 7 millones de dólares es mucho dinero. Pero tal vez en el esquema más grande de las cosas para Red Bull, teniendo en cuenta la inversión que hacen en el lado de la unidad de potencia y en el equipo, no lo es”, expresó el CEO y jefe de Mercedes sobre el impacto económico de la multa a Red Bull.
Si bien el equipo de Max Verstappen y Checo Pérez adujo (y la FIA confirmó) que el exceso en el tope se utilizó, entre otras cosas, en servicios de catering, seguros sociales a empleados, actividades fuera de competición y, también partes no utilizadas, Wolff no tuvo clemencia a la explicación.
“Nueve equipos cumplieron la normativa y se mantuvieron por debajo del tope. Este es un deporte de ganancias marginales, y todo lo demás es palabrería. No hay ningún factor atenuante. Ningún equipo querrá acercarse a la baja en la reputación que implica esto, porque obviamente, vivimos en un mundo transparente y cumplidor”, cerró Wolff.