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El Gran Premio de Qatar de la Fórmula 1 sigue dando que hablar y esta vez no fue por las contingencias en la pista por el desgaste en las gomas por un pianito inapropiado o las altas temperaturas que afectaron a los pilotos. Ahora el protagonista es Lance Stroll por supuestos hechos fuera de lugar que están siendo investigados por la Federación Internacional del Automóvil.

Según el comunicado emitido por la organización, “el Oficial de Cumplimiento de la FIA está en conversaciones con Stroll en relación a varios incidentes que pueden haber contravenido las reglas, políticas y procedimientos de la FIA durante el Gran Premio de Qatar”. En la clasificación del viernes, que determinaba la parrilla del salida para el domingo según el nuevo formato al esprint, el canadiense no fue capaz de superar la Q1, lo que le dejaba un enfado considerable y una frustración mayor al ver que su compañero de equipo, Fernando Alonso, se colaba entre los diez mejores con un coche del que no esperaban mucho en Qatar.

Lance salió de malas formas del monoplaza, tirando el volante de su coche al suelo y empujando a su entrenador, Henry Howe, cuando trataba de impedir la salida del piloto del box e indicándole que tenía que pasar por la báscula de la FIA, como manda el reglamento al acabar la clasificación. Primer error para Stroll y una de las causas por las que se investiga, además de su comportamiento hacia un miembro del equipo.

Aunque, no conforme con eso, cuando debió ir a la zona mixta para brindar sus testimonios a los medios que tienen acreditación anual, dio una breve entrevista en la que se habría mostrado con poca actitud para hablar, se dio media vuelta y se retiró. Esto fue lo peor ya que los periodistas presentes protestaron y el incidente llegó a los oídos de la FIA.

Debido al régimen de entrevistas exclusivas las cuales se deben pedir con meses de anticipación a cada escudería, las ruedas de prensa suelen ser el único contacto de los periodistas con los protagonistas durante todo el fin de semana. Por eso el carecer de predisposición para hablar ante las cámaras y micrófonos es algo que está muy mal visto en el ambiente.