Federico Chopin, Karol Wojtyla, conocido como Juan Pablo II, Henryk Sienkiewicz, Andrzej Wajda, Romand Polanski y Jerzy Grotowski; nombres de grandes figuras, vinculadas al arte, la literatura, el cine, el teatro y la religión y su impronta trasciende lo nacional, lo polaco para adquirir una dimensión global y ser parte de la misma cultura universal.
Desde su época imperial, hasta ser absorbida por el imperio ruso durante su época de expansión con Pedro I allá a comienzos del siglo XVIII, desde entonces Polonia fue símbolo de grandeza y sus principales ciudades parte indispensable del imaginario popular; dígase Lodz, Varsovia, Katowice y en la célebre novela del alemán Gunter Grass, El tambor de hojalata, la ciudad de Gdansk ocupa un rol fundamental en la trama, como uno de los centros de la misma.
La tradición deportiva
En medio de este entramado, el deporte no escapa de logros y resultados importantes y en este sentido hablar del fútbol y del voleibol, por solo citar los deportes colectivos, es hablar también de un legado único que desde el presente se remonta hasta varios años atrás.
Y si hoy vemos a Robert Lewandowski y a su paso arrollador por el fútbol europeo, también hay que hablar de hombres como Zbigniew Boniek y Grzegorz Lato, artífices de aquel histórico tercer lugar en el Mundial de España en 1982.
De igual modo, un nombre emerge tras bambalinas para rememorar otra historia de éxito que pretende renacer en este 2022 y es el nombre de Malgorzata Glinka, una de las mejores voleibolistas del mundo a comienzos de este siglo, heredera de una tradición que bien pudiera tener su génesis en los años 50 de la pasada centuria.
La historia
Fue el elenco subcampeón en el primer Campeonato Mundial de Voleibol femenino, allá por 1952, hace setenta años y a comienzos de la década de los 60, vivió quizás su mayor período de gloria con dos medallas de bronce olímpicas en las citas de Tokyo en 1964 y México en 1968. Lo cierto es que hablar del equipo polaco de voleibol femenino es hablar de uno de los embajadores de este deporte no solo en Europa, también en todo el orbe.
Luego de copar el podio olímpico en los años 60, debieron pasar cincuenta años para que un combinado nacional regresara a la élite del voleibol mundial entre las féminas, cuando en 2003, con la mencionada Malgorzata Glinka asumiendo el liderazgo, Polonia se llevó la medalla de oro en el Campeonato Europeo de 2003, hazaña que repetiría en 2005.
En esa primera década y avaladas por esos resultados, las polacas también dejaron buenas actuaciones en la arena internacional, tanto en Juegos Olímpicos como en Mundiales.
El regreso a la élite
Luego de un período de sequías y crisis tanto en el plano doméstico como en el foráneo, el seleccionado polaco pretende reverdecer laureles y desde el 2020 hasta la fecha de la mano del entrenador Jacek Nawrocki, ha retornado al top 5 de Europa y al momento de escribir este texto, anclan en el lugar 13 del ranking mundial.
En un panorama competitivo dominado por Italia y Serbia, las polacas de a poco han logrado abrirse paso y en 2020 regresaron a un podio europeo.
Siete décadas después de aquella medalla de plata y luego de sumar diez asistencias a certámenes mundialistas, Polonia retorna a la máxima competición siendo una de las sedes del XIX Campeonato Mundial de voleibol femenino que arrancó el pasado 23 de septiembre.
Estilo y claves del juego polaco
De la mano de Joanna Wolosz, considerada por muchos como la mejor pasadora del momento, Polonia pretende aprovechar su condición de local para avanzar al menos hasta los cuartos de final e intentar dar alguna sorpresa.
El juego polaco pasa en total medida por el ingenio de Wolosz y la efectividad de las atacadoras, Olivia Rozanski y Magdalena Stysiak; además del rol protagónico que pueda jugar la central Korneluk Agnieszka.
Hasta este minuto, las polacas han rallado la perfección en todas sus presentaciones dentro del grupo B del Mundial, venciendo por 3-1 a Croacia y arrasando 3-0 con Tailandia y Corea del Sur.
Este jueves a las 2 y 30 de la tarde, hora de Dominicana, Polonia será rival de las Reinas del Caribe, en lo que será la cuarta presentación de ambas selecciones en la competencia.
De vital importancia
El encuentro pudiera decidir a falta de dos partidos, las posiciones finales del grupo, de suma importancia de cara a la segunda fase y por ende vital para saber posibles rivales.
Luego de la derrota previa de las caribeñas, 3-2 ante Turquía y la sonada victoria 3-0 de Polonia ante Corea del Sur, la tabla de posiciones tiene a las europeas en primer lugar con 9 puntos, seguidas de Las Reinas con 7.
Con la historia a favor, al ganar 11 de los 18 partidos efectuados entre ellas y sumando el precedente de la última victoria 3-2 en Liga de Naciones, las dominicanas salen ligeramente como favoritas pero en Gdansk el taraflex dirá la última palabra.
El duelo podrá verse en volleyballworld.tv y Colimdo TV .