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La evolución de un deporte como el tenis es tan excepcional que siempre merece la pena detenerse y echar la vista atrás. Todo empezó allá por 1874, la primavera en la que Walter Wingfield decidió aplicar por primera vez un reglamento al deporte que él mismo bautizó como ‘Lawn Tennis’. El mundo no tardaría en probar el experimento, aunque hubo un factor que hizo que esta actividad fuera distinta a las demás: la adaptación de las mujeres desde el minuto uno. Que pudieran compartir pista con los hombres fue, sin lugar a dudas, el gran éxito de los orígenes del tenis, pero no fue casualidad. El propio Wingfield dejó por escrito aquella premisa, confirmando que este deporte llegaba con el objetivo de tener una participación igualitaria entre sexos, por eso su nacimiento fue diferente al de otras disciplinas. Analizamos algunos de los nombres más grandes de la mujer en el mundo de la raqueta.
En 1900 pudo participar en los Juegos Olímpicos de París, los primeros en los que se admitió la participación femenina y se alzó con el título tras ganar en la final a la francesa Hélène Prévost por 6-1, 7-5. No obstante, su primer torneo individual lo ganó en Wimbledon en 1895.
En el tenis femenino hay una jugadora que levantó más trofeos de Grand Slam que Djokovic: se trata de Margaret Cour, con 24 consagraciones (con 11 de ellas en la Era Abierta). Serena Williams, en tanto, también suma 23 títulos.
Una de las figuras más recordadas (por haber ganado el Golden Slam) es Steffi Graf. Y aunque hasta hace unos años las más aclamada de todas era la estadounidense Serena Williams, hoy en día retirada del circuito, mientras que el primer lugar en el ranking de tenistas femeninas, es de la polaca I. Swiatek la que lidera con una puntuación abrumadora
Cabe destacar que las mujeres que juegan tenis son extremadamente competitivas, tanto dentro de la cancha como fuera de ella. El nivel físico y técnico que despliegan no teine nada que envidiarle al tenis masculino.