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La campeona argelina que brilló en París 2024 se enfrenta a la controversia al ser vetada por la IBA para el Mundial de Serbia 2025, generando un debate que pone en tensión los criterios biológicos y deportivos en el boxeo femenino.
La trayectoria de la boxeadora Imane Khelif ha estado marcada por el éxito y la controversia. La argelina se coronó campeona olímpica en París 2024 en la categoría femenina, participación que fue posible gracias a que el Comité Olímpico Internacional (COI) rechazó la prueba de elegibilidad de género aplicada por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA). Sin embargo, esta misma prueba, realizada en 2023, ha vuelto a salir a la luz y ha generado una decisión drástica: Khelif ha sido vetada para competir en el Mundial de Boxeo de Serbia 2025, que se celebrará del 8 al 16 de marzo en Nis.
La Decisión de la IBA y sus Fundamentos
La exclusión de Imane Khelif se basa en los resultados de la prueba de elegibilidad de género que la IBA realizó en 2023. Según esta evaluación, se detectó la presencia de cromosomas XY y niveles elevados de testosterona en la deportista, lo que, de acuerdo con los criterios técnicos de la organización, la descalifica para competir en la categoría femenina. Chris Roberts, director de la IBA, declaró:
«Compartimos los resultados de los laboratorios con el COI el año pasado. Desde 2022 hubo dudas y preocupaciones de algunas boxeadoras, momento en el que hicimos análisis de sangre y pruebas de género a ambas boxeadoras. También repetimos las pruebas en 2023. Esos tests demostraron que las boxeadoras no cumplían los criterios de elegibilidad y por eso fueron excluidas del Mundial».
Esta decisión, que ya se había aplicado en los mundiales de 2023 y 2024, se mantiene firme para Serbia, y la IBA ha dejado claro que continuará realizando pruebas aleatorias de elegibilidad de género durante el campeonato.
El Conflicto con el COI y el Debate en Torno a los Criterios de Género
La polémica se intensifica al contrastar la postura de la IBA con la del COI. Durante los Juegos Olímpicos de París 2024, el COI desestimó la prueba aplicada por la IBA, calificándola de «defectuosa e ilegítima», lo que llevó a la expulsión de la IBA como ente rector del boxeo olímpico. Gracias a esta decisión, Khelif pudo participar en la competición olímpica y se hizo acreedora del oro, a pesar de las críticas recibidas por parte de algunas rivales. Por ejemplo, la boxeadora italiana Angela Carini cuestionó su presencia en el ring, considerando que sus supuestos niveles elevados de testosterona le otorgaban una ventaja injusta, llegando incluso a utilizar el símbolo de la X para defender la categoría femenina.
El doctor Ioannis Filippatos, exjefe del Comité Médico de la IBA y ginecólogo, también se pronunció al respecto, argumentando que ni Khelif ni la boxeadora taiwanesa Lin Yu-Ting, quien también fue evaluada, eran biológicamente mujeres. Filippatos criticó el uso de pasaportes como prueba determinante de género, subrayando que:
«La medicina es conocimiento, no opinión. Un pasaporte puede darnos la oportunidad de ser hombres y mañana, puedo cambiar mi nombre. ¿Eso significa que soy una mujer? La Naturaleza y el mundo biológico no se cambian».
Este enfrentamiento de criterios ha abierto un amplio debate en el mundo del boxeo y del deporte en general, poniendo sobre la mesa la complejidad de definir la elegibilidad de género en competiciones de alto nivel.
La Respuesta de Khelif y su Defensa Personal
Ante la exclusión, Imane Khelif ha defendido su condición de mujer, tanto en el ring como fuera de él. La campeona olímpica, que logró el oro tras vencer a la china Yang Liu, se ha visto envuelta en controversias mediáticas cuando un periódico francés filtró documentos médicos que supuestamente señalaban la presencia de testículos internos en su organismo. Khelif reaccionó enérgicamente, llegando incluso a demandar al medio, alegando que dichos documentos eran falsos.
La boxeadora sostiene que su desempeño en París y su historial deportivo validan su identidad y condición, a pesar de las pruebas realizadas por la IBA. Esta defensa personal se suma al debate sobre la utilización de criterios científicos y médicos en la determinación del género en el deporte, un tema que continúa siendo altamente polémico.
Implicaciones para el Futuro del Boxeo Femenino
El caso de Imane Khelif es emblemático de los desafíos que enfrenta el boxeo femenino en un contexto de creciente atención a la identidad de género en el deporte. Por un lado, existe la necesidad de garantizar la equidad competitiva y proteger la integridad de las categorías. Por otro, se debate hasta qué punto deben influir los criterios biológicos en la participación de atletas que se identifican y compiten en una determinada categoría.
La decisión de la IBA de vetar a Khelif para el Mundial de Serbia 2025, a pesar de su éxito en París 2024, podría tener repercusiones importantes. No solo afecta la trayectoria de la boxeadora argelina, sino que también plantea preguntas sobre la coherencia y el futuro de las políticas de elegibilidad de género en el boxeo. ¿Se mantendrán estos criterios en futuras competiciones? ¿Cómo responderán los organismos internacionales ante las crecientes críticas y los llamados a una revisión de las pruebas?
El caso de Imane Khelif destaca la tensión entre los criterios médicos y las políticas deportivas en el ámbito del boxeo femenino. Mientras que el COI ha rechazado la prueba aplicada por la IBA, permitiendo que la campeona olímpica compitiera en París 2024, la misma organización insiste en sus evaluaciones para el Mundial de Serbia 2025, lo que ha llevado a su exclusión. Esta dicotomía no solo pone en entredicho la validez de los métodos utilizados, sino que también abre el debate sobre cómo se deben gestionar los casos de atletas cuya identidad de género se cuestiona mediante pruebas científicas.
Con la mirada puesta en el futuro, es imprescindible que tanto organismos como federaciones encuentren un equilibrio que garantice la justicia competitiva sin vulnerar los derechos y la dignidad de los deportistas. Mientras tanto, Imane Khelif sigue siendo un símbolo de la controversia en el boxeo femenino, una atleta que, a pesar de sus logros y su talento, se ve inmersa en una lucha por el reconocimiento en un contexto de intensos debates científicos y éticos.