En un claro gesto de nobleza y honradez, María Carrillo, una latina que reside en la ciudad de Anaheim, California (Estados Unidos), se llevó todos los aplausos en las redes sociales, luego de que halló el objeto más preciado por los atletas en la basura: una medalla de oro olímpica.
En la mañana del 27 de junio, Carrillo estaba paseando a sus dos perros a las afueras de su oficina cuando, de pronto, recogió una bola de McDonald’s del suelo que se sentía inusualmente pesada. Sin pensarlo dos veces, la contadora de 50 años de edad decidió abrirla.
En ese momento, la migrante mexicana descubrió que había un paquete de color negro con la presea de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. “Pensé que era un juguete o algún tipo de imitación, no pensé que fuera a ser una medalla real”, recordó.
De inmediato, la mujer llamó a su esposo, Noe Hernández, quien alertó a las autoridades policiales, según informó Los Ángeles Times. “No le creí a mi esposa cuando dijo que encontré una medalla. Pensé que era falso y le dije que lo trajera para que pudiéramos revisarlo. (…) Lo toqué y era pesado y decía 2020. Dije: ‘Oh, Dios mío, tal vez esto sea real’”, indicó la pareja de Carrillo.
De acuerdo con el Departamento de Policía de Anaheim, la medalla de oro pertenece a Jordyn Poulter, integrante del equipo norteamericano de voleibol femenino. El pasado 25 de mayo, la deportista reportó que le robaron la presea tras dejar abierto su vehículo en su garaje.
“Realmente olvidé que estaba en mi auto. Tan tonto como suena, es la realidad de la situación”, señaló Poulter, quien ganó la medalla al vencer a la selección de Brasil.
La jugadora de 24 años se enteró del hallazgo y acudió el 30 de junio a la estación policial de Anaheim para recuperarla. Además de mostrarse agradecida por el gesto de los esposos, Poulter piensa entregar una recompensa de mil dólares.
“Nos sentimos felices de encontrarlo y felices de devolverlo porque sabemos que es mucho trabajo para la mujer ganarlo y lograrlo en primer lugar”, precisó Hernández.