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La jugadora de 28 años, actual 73° y muy involucrada en la causa generada por la invasión bélica de Rusia a su país, Ucrania, derrotó a la líder del ranking; Vondrousova, su próxima rival
En su momento, Svitolina, actual número 73°, nacida en la ciudad ucraniana de Odessa, confesó estar sumamente afectada por el conflicto bélico entre Rusia y su país. Lejos de su familia y amigos, en febrero de 2022 anunció que donaría los premios económicos que obtuviera durante sus torneos para ayudar a las víctimas de la invasión de Kremlin. Desde entonces es de las deportistas ucranianas más críticas sobre el conflicto, se negó a saludar a sus rivales rusas o bielorrusas (como ocurrió en esta edición de Wimbledon con Azarenka o en el último Abierto de Francia con Sabalenka) y hasta tuvo oportunidades de reunirse con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky.
Elina Svitolina, que en septiembre de 2017 alcanzó el número tres del mundo, su posición más destacada, estuvo ausente del circuito durante aproximadamente un año por dos motivos importantes: por padecer emocionalmente lo que sucede en Ucrania, su país, desde la invasión bélica de Rusia, y por haber quedado embarazada de su esposo, el francés y también tenista Gael Monfils. El 15 de octubre pasado nació Skai, su primera hija. Y el último 3 de abril, en Charleston, la europea volvió a competir en el tour. Jugó un puñado de torneos, celebró nuevamente un título (en Estrasburgo) e, incluso, llegó a los cuartos de final de Roland Garros. Recibió una invitación para actuar en Wimbledon y ya redondeó un regreso cinematográfico tras vencer a la N° 1, Iga Swiatek, y clasificándose para las semifinales.
Ahora voy a tomar una cerveza. Voy a disfrutar con mi equipo. Si antes del torneo alguien me decía que estaría en una semifinal le decía que estaba loco. Voy a relajarme, recibir un masaje, muy necesario, y prepararme para la próxima batalla”, sonrió Svitolina, al pie del court central del All England, luego de derrotar a la polaca Swiatek por 7-5, 6-7 (5-7) y 6-2, en 2h51m. La jugadora de 28 años, una de la representantes del circuito tenístico más golpeadas, aunque activas y comprometidas con la causa generada por la guerra en Ucrania, jugará su tercera semifinal de un Grand Slam. Su próxima rival será la checa Marketa Vondrousova, que batió a la estadounidense Jessica Pegula (6-4, 2-6 y 6-4).
“No sé explicar del todo bien cómo me siento, pero ahora me veo con más paciencia en la cancha y tengo una mentalidad más fresca. Sé que debo darme el tiempo necesario para ir entrando en ritmo, no precipitarme a la hora de jugar demasiados torneos. Estoy muy motivada con esta nueva etapa, me veo en buena forma, pero me resulta complicado compararlo con mi nivel de antes porque me siento una tenista completamente diferente desde que di a luz”, había narrado Svitolina luego de derrotar a la belga Elise Mertens (28° preclasificada) en la segunda ronda. Efectivamente, su tenis fluye perfectamente en Londres.
Iga (Swiatek) es una persona increíble. Fue una de las primeras personas que apoyó al pueblo ucraniano. Fue una gran ayuda. No es fácil jugar contra alguien con quien compartes muchos buenos momentos”, apuntó Svitolina luego del match ante la jugadora polaca que, desde el año pasado, suele lucir cintas con los colores de la bandera ucraniana en su gorra. Svitolina no para de vivir emociones fuertes en su vida. Ahora, en Londres, es el tenis el motivo que la emociona. Y su historia, sin dudas, se encumbra como una de las historias que movilizan a los fanáticos del arte de las raquetas.