Con apenas 21 años, Emma Raducanu ha vivido los extremos del deporte profesional: el éxito inmediato y las frustraciones por las lesiones. Ahora, en una nueva etapa de su carrera, la británica volverá a ser noticia al formar dupla con Carlos Alcaraz en el novedoso torneo de dobles mixtos del US Open. Más allá de los rumores, lo que une a ambos es una conexión forjada en años de respeto mutuo y admiración dentro del circuito.
“Ella va a mandar”: La admiración de Alcaraz
Carlos Alcaraz no dudó ni un segundo en definir cómo será la dinámica de juego con Raducanu: “Solo voy a sacar y dejar que ella lo haga todo. Emma va a ser la jefa”, comentó entre risas el español, quien celebró públicamente la aceptación de su compañera para disputar juntos el certamen. “Siempre tuvimos muy buena relación. La conozco desde hace bastante tiempo”, agregó el murciano de 22 años.
El anuncio de su participación conjunta generó una ola de especulaciones mediáticas, que la propia Emma se encargó de desmentir con elegancia y humor: “Solo somos amigos. Me hace feliz compartir cancha con él, pero no hay nada más que eso”, aclaró con una sonrisa en una entrevista para la BBC.
Orígenes multiculturales y una mentalidad forjada desde niña
Nacida en Toronto, Canadá, en 2002, hija de un rumano y una china, Raducanu creció en Londres y desde pequeña mostró una tenacidad fuera de lo común. Practicó ballet, esquí, golf y karting, pero fue el tenis el que la atrapó. A los cinco años ya entrenaba en la academia de Bromley, antes y después del colegio. “Mi padre me decía que si podía jugar a oscuras, me iba a resultar fácil hacerlo con luz”, recordó alguna vez.
Habla inglés, rumano y chino con fluidez, mantiene vínculos estrechos con sus raíces y confiesa que Simona Halep y Na Li fueron sus grandes referentes. “La resiliencia me la enseñó mi madre. El pensamiento lógico, mi padre. Ambos fueron una fuente constante de inspiración”, explicó en una nota para Porsche Newsroom.
Una estudiante brillante con destino de campeona
En paralelo a su desarrollo deportivo, Raducanu completó su formación académica con calificaciones sobresalientes en matemáticas y economía. Con apenas 13 años ganó su primer torneo en Liverpool y, para 2018, ya sumaba títulos menores en países como India, Moldavia y Lituania.
Pero su irrupción definitiva llegó en 2021, año en el que sorprendió al mundo entero. Tras alcanzar los octavos de final en Wimbledon como debutante, rompió todos los pronósticos en el US Open: llegó desde la clasificación, ganó diez partidos sin ceder sets ni tie-breaks, y se consagró campeona venciendo a Leylah Fernández en la final. Fue la primera tenista —hombre o mujer— en levantar un Grand Slam saliendo desde la qualy.
De la cima al desafío de reinventarse
Ese triunfo la convirtió en estrella global. Fue elegida “Novata del año” por la WTA y “Personalidad Deportiva del Año” por la BBC, además de recibir el título de Miembro de la Orden del Imperio Británico, siendo la mujer más joven en lograrlo.
Sin embargo, las lesiones llegaron poco después y truncaron su progresión. Múltiples problemas físicos la alejaron de la elite y actualmente ocupa el puesto 40 del ranking mundial. A pesar de todo, su determinación se mantiene intacta, y el regreso a un escenario que la vio brillar, ahora junto a Alcaraz, podría marcar un nuevo capítulo en su carrera.
Una dupla que enciende la expectativa del US Open
La idea de compartir cancha fue de Alcaraz, quien le envió un mensaje directo a comienzos de año. “Me sorprendió y me emocioné. Le habría dicho que sí en el acto, pero debía consultarlo con mi equipo”, contó Raducanu entre risas.
La química entre ambos es evidente, y los organizadores del US Open ya celebran el fenómeno mediático que despiertan. “Nos hicimos amigos incluso antes de que ganáramos nada”, recordó Emma, al tiempo que aseguró que “compartir pista con Carlos será algo realmente especial”.
Un estreno que promete
Con el dobles mixto como nuevo atractivo del US Open 2025, la pareja Alcaraz–Raducanu será una de las más esperadas. La expectativa no solo gira en torno al resultado deportivo, sino también al potencial simbólico de esta unión entre dos jóvenes figuras del tenis que, tras atravesar caminos diferentes, hoy se encuentran en una misma cancha.
¿Será el inicio de una nueva etapa para Raducanu? ¿Podrán repetir juntos una hazaña inolvidable en Nueva York? El mundo del tenis ya espera con ansiedad esa respuesta. Y, mientras tanto, el espectáculo parece asegurado.