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Sydney McLaughlin-Levrone, la reina indiscutible de los 400 metros con vallas, ha dado un paso firme para reclamar su lugar como la mujer más rápida en la vuelta al óvalo sin obstáculos. En el marco del Memorial Van Damme en Bruselas, una de las reuniones más prestigiosas del atletismo, la estadounidense participó en una carrera invitacional, fuera de la final oficial de la Liga de Diamante, y dejó claro que su velocidad no se limita a las vallas.

Con un tiempo de 49.11 segundos, McLaughlin-Levrone no solo se llevó la victoria, sino que superó por más de tres décimas el tiempo que minutos después lograría la campeona olímpica dominicana Marileidy Paulino en la final oficial. Este resultado plantea una interrogante: ¿es McLaughlin-Levrone la atleta más completa en la distancia de 400 metros? Y si es así, ¿qué significa esto para su futuro en el atletismo?

Un rendimiento bajo condiciones difíciles

Correr en Bruselas a mediados de septiembre no es una tarea sencilla. Las bajas temperaturas y las condiciones húmedas suelen jugar en contra de los velocistas, y McLaughlin-Levrone no fue ajena a estas dificultades. “Me hubiese gustado correr más rápido”, confesó la atleta después de su victoria. Sin embargo, a pesar del frío y las complicaciones, su desempeño fue impresionante.

Lo interesante de la carrera es que McLaughlin-Levrone aún no ha alcanzado su techo en los 400 metros lisos. “Todavía estoy aprendiendo esta prueba”, admitió, refiriéndose a la transición que está haciendo del mundo de las vallas al plano. A pesar de ser una de las velocistas más dominantes del mundo, incluso en esta etapa de su carrera, McLaughlin-Levrone sigue ajustándose a las particularidades de los 400 metros lisos, una prueba donde las estrategias y la distribución del esfuerzo son muy diferentes a los 400 metros con vallas.

La controversia de su ausencia en la final de la Liga de Diamante

Una de las mayores decepciones de la temporada fue no ver a McLaughlin-Levrone competir en la final de la Liga de Diamante, una carrera que muchos consideraban un duelo de titanes entre ella y Marileidy Paulino. La dominicana, que ha tenido un año espectacular, ganó cómodamente la final con un tiempo de 49.45, pero el hecho de que McLaughlin-Levrone no estuviera allí deja un vacío en lo que podría haber sido una de las carreras más emocionantes del año.

McLaughlin-Levrone expresó su frustración al respecto, mencionando que creía que había una posibilidad de competir en la final, pero las reglas de la Liga de Diamante lo impidieron. “Entiendo completamente las reglas, pero estaba bajo la impresión de que podría correr”, dijo. Este tipo de restricciones, si bien son necesarias para la organización de la competición, a menudo impiden que el público vea a los mejores enfrentarse en su mejor momento.

El futuro de McLaughlin-Levrone: ¿una transición definitiva a los 400 metros lisos?

El éxito de Sydney McLaughlin-Levrone en los 400 metros lisos plantea una pregunta interesante: ¿debería centrarse en esta prueba y dejar atrás las vallas? Su dominio en ambas disciplinas es incuestionable, pero su potencial en los 400 metros lisos parece ser ilimitado. Con cada carrera, está aprendiendo más sobre cómo manejar su ritmo y ajustar su velocidad en una prueba que exige un equilibrio entre resistencia y explosividad.

Sin embargo, la cuestión más intrigante es si McLaughlin-Levrone puede volver a omper la barrera de los 49 segundos en los 400 metros planos. Apenas unos días antes de las pruebas olímpicas, corrió los 400 metros planos en el Gran Premio de Nueva York en 48,75 segundos, el tercer tiempo más rápido en la historia de Estados Unidos. Cosa que solo unas pocas atletas en la historia han logrado. Dado que aún está en proceso de adaptación, es razonable pensar que, con el tiempo y la experiencia, podría convertirse en la mejor corredora de 400 metros lisos del mundo.

El legado de McLaughlin-Levrone: más allá de los títulos

Lo que hace que Sydney McLaughlin-Levrone sea tan especial no es solo su habilidad para correr rápido, sino la manera en que domina las disciplinas más exigentes del atletismo. La forma en que ha manejado su transición de las vallas a los 400 metros lisos es un testimonio de su capacidad para adaptarse y mejorar constantemente.

En un deporte donde la especialización es clave, McLaughlin-Levrone está desafiando las expectativas. Su capacidad para competir al más alto nivel en múltiples pruebas la sitúa en una categoría aparte. ¿Veremos más atletas intentar esta dualidad en el futuro? Probablemente, pero será difícil encontrar a alguien que lo haga con la misma elegancia y dominio que McLaughlin-Levrone.

La victoria de Sydney McLaughlin-Levrone en Bruselas no solo reafirma su estatus como una de las mejores velocistas del mundo, sino que también plantea nuevas posibilidades para su carrera. Con una marca impresionante de 49.11 segundos en condiciones adversas, McLaughlin-Levrone sigue demostrando que su potencial es ilimitado. Si bien su ausencia en la final de la Liga de Diamante fue una decepción, su rendimiento en la carrera invitacional deja claro que tiene lo necesario para dominar los 400 metros lisos tanto como ha hecho en los 400 metros con vallas.

A medida que se acerca la temporada de 2025 y los Juegos Olímpicos de París, será fascinante ver cómo evoluciona esta atleta extraordinaria. ¿Será capaz de romper la barrera de los 49 segundos y establecerse como la mejor corredora de 400 metros lisos del mundo? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: Sydney McLaughlin-Levrone está lista para seguir haciendo historia.