Anthony Rizzo, primera base de los Yankees de Nueva York desde el año pasado, es conocido por sus grandes hazañas con el madero. Su poder ha trascendido en el béisbol de las Grandes Ligas y todos le recuerdan por sus enormes batazos. Su nombre es sinónimo de ofensiva.
No obstante, también es muy popular fuera de los terrenos, y quizás por algo mucho más bonito desde un punto de vista humano. Resulta que este hombre de 32 años tiene una fundación que se encarga de ayudar a gente necesitada, específicamente con cáncer, y a ella destina una buena parte de su salario como beisbolista.
La historia completa
En el año 2008, cuando apenas daba sus primeros pasos hacia Las Mayores, Rizzo fue diagnosticado con cáncer. En ese momento jugaba en ligas menores con los Medias Rojas de Boston y se creía que no podría continuar su camino, pero gracias a su fuerza de voluntad, los médicos y la gracia de Dios, pudo seguir adelante.
A partir de ese momento, Anthony fundó su fundación, como señal de agradecimiento al Todopoderoso por haberle dado una segunda oportunidad y también para asistir a quienes se encuentran en una situación vulnerable como la que a él se le presentó. Desde ese entonces hasta hoy, sus esfuerzos no han cesado, y mientras más dinero gana en MLB, más dinero invierte en su proyecto.
Gracias a esta elogiable iniciativa, el slugger fue merecedor en el año 2017 del premio Roberto Clemente, el cual se otorga año tras año al jugador que más y mejor trabaja en obras filantrópicas, ayudando a comunidades, personas, grupos sociales y más de diferentes maneras. En aquella ocasión estas fueron sus palabras:
“Ganar esto es algo fantástico. Ese es el tipo de impacto que queremos crear. Muchas organizaciones hacen un trabajo increíble y queremos impactar la vida de las familias directamente con nuestra fundación”.
Además, añadió lo siguientes sobre el mítico puertorriqueño Salón de la Fama por el cual el galardón fue nombrado de esa manera:
“Clemente puso el listón muy alto para todos los atletas, especialmente los peloteros, con todo su trabajo caritativo y ayudando a las comunidades”
Sigue la admiración
Aunque han pasado 5 años, todavía Anthony Rizzo tiene presente al fallecido jardinero boricua. En la parte trasera de su gorra porta el número 21, mismo que vistió en sus años de atleta Clemente sobre su espalda con los Piratas de Pittsburgh.
Este emblema solo pueden llevarlo quienes han ganado la distinción. Entre los que adoptaron la medida se encuentran Clayton Kershaw, Carlos Carrasco, Yadier Molina y Nelson Cruz.
El mensaje publicado a través de Twitter por el inicialista de los Bombarderos del Bronx revela esto:
“Es un honor llevar el parche Clemente 21 en mi gorra junto con los otros ganadores del premio Clemente en reconocimiento al increíble ser humano que fue Roberto Clemente y como tributo a su legado. Clemente puso el listón para todos los atletas y me siento honrado de poder usar su número”.