Los Gigantes del Cibao mostraron una personalidad aguerrida, fuerte, dura, a prueba de balas. En el mismo primer episodio los Tigres les hicieron cinco carreras, se fueron arriba. Cuando atacaban en el segundo inning, comenzó a llover y paró la emoción.
Tuvieron que esperar 1 hora y 18 minutos para reanudar las acciones, venir de atrás y poderle ganar 6-5 a los Tigres del Licey en el estadio Quisqueya Juan Marichal. Durante 3 horas y 52 minutos tuvieron que batallar junto a los locales, para obtener su segunda victoria consecutiva y, luego de este triunfo en el primero de una doble tanda, ponen su récord en 16-15.
“Dijimos que íbamos con el relevo cuando entramos a la cueva y así lo hicimos”, dijo Carlos Paulino, quien recibió una base por bola crucial y junto a Kelvin Gutiérrez se convirtió en héroe.
Guzmán soltó jonrón con uno en base y doblete, además de jugar una muy buena defensiva. “Nos hemos mantenido conversando entre nosotros”, dijo el criollo, una vez finalizado el compromiso. “Todos los equipos tienen altas y bajas. Nos hemos mantenido positivo y las cosas nos están saliendo bien”.
El jonrón frente a Jonathan Aro con uno en circulación acercó las acciones y le inyecto un chorro de adrenalina a los nordestanos. “Siempre agresivo en el home, buscando un pitcheo bueno. Gracias a Dios me dejó un pitcheo allí en la zona… Te digo, estoy agresivo (bateando), lo vi en la zona le hice swing y afortunadamente tuve buen resultado”, explicó Gutiérrez, una vez finalizado el primero de la doble tanda.
El Licey no pudo descifrar al pitcheo contrario. En el noveno capítulo, Fernando Rodney, convertido ahora en el cerrador del equipo, entró a lanzar. Hubo una escaramuza, se lo complicó la entrada y con un out y la del empate en segundo vino a batear Ronny Mauricio.
“Era un inning complicado y sabíamos que había que trabajarlo con el mejor pitcheo de Fernando y eso fue lo que hicimos”, dijo Paulino, cuando le preguntamos sobre el ponche de antología que le propinó “La Flecha” al joven toletero. Este es el cuarto rescate para el veterano.
Después de los dueños de casa haberle hecho cinco en el primer inning al abridor de los visitantes, Thomas Dorminy, la cosa pintaba bien para los azules. Pero cayó la lluvia y entraron los relevistas. Paulino hizo un trabajo de cirujano y fue guiando, poco a poco, a cada uno de ellos.
Los bates añiles solo pudieron conectar un hit en los siguientes ocho episodios. Sus pares del otro lado del campo fueron todo lo contrario. Se enredaron con el descontrol y la zona voluble que mostró el umpire Yúnior Torres, y no pudieron mantener la ventaja tempranera.
El umpire de home en el quinto inning expulsó del juego al coach Anderson Hernández, al mánager José Offerman, al coach de pitcheo Jairo Cuevas y al lanzador de ese momento Héctor Pérez.
Por culpa de la lluvia caída en la tarde, el segundo juego comenzó a las 9:05 de la noche con nueva taquilla, nuevo público, nuevos lanzadores y las esperanzas por el cielo.