Para Pedro Martínez hablarle a los jóvenes es una pasión. El inmortal dominicano estuvo hace poco en la Boston East Highschool y compartió con los jóvenes su experiencia. “¡Nunca se rindan!”, fue el principal consejo.
El dominicano, radicado en Boston, fue ovacionado por los jóvenes cuando fue presentado. “Solo quiero servir como una señal de esperanza para cada uno de ellos”, dijo Martínez en la charla, según se registra en mlb.com.
“Solo quiero que realmente aprecien la oportunidad que tienen. No tuve la oportunidad a esa edad de escuchar a un jugador de Grandes Ligas o un miembro del Salón de la Fama venir y hablar y servir como ejemplo de integridad, perseverancia, trabajo duro y dedicación”.
Pedro fue muy claro con la juventud. Siente pasión por los jóvenes y entiende que por ellos se debe trabajar. “¡Nunca te rindas!”, les increpó. “Nada llega sin esfuerzo, nada se da de regalo. Si tienes una meta, una ilusión con trabajo y disciplina lo puedes lograr”.
Martínez, admirado por la juventud de Boston y sus alrededores, sabe que es un ejemplo a seguir y considera que dar lo mejor de sí en charlas, clínicas y coloquios es el mejor aporte que puede hacer.
“Lo disfruto. Siento profundamente que disfruto hacer esto por estos niños”, dijo Martínez. “Creo que van a tener que servir de ejemplo más adelante. Creo que lo estoy haciendo hoy. Alguien aquí, algún día, hará lo mismo. Eso es lo que espero. Que puedan tomar el mensaje y transmitirlo”.
El dominicano les dejó muy claro a los jóvenes que el físico no es importante. “¡Mírenme a mí!”, les dijo. “No tengo un físico sorprendente ¿Dónde está el capitán? Al igual que el capitán aquí, todavía su físico no es impresionante. Yo era así. Excepto que es un poco más alto y más guapo”, dijo Martínez mientras la multitud se reía.
Y es que Luis Ortiz, el capitán el equipo, fue quien hizo la presentación de Pedro en el recinto, pero además, fue quien lideró el primer título de East Boston en 31 años. Martínez les martilló la idea de la entrega, la dedicación y la disciplina.
“Yo era como el capitán”, precisó. “¿Cuánto pesa, capitán? ¿150 (libras)? Te supero por cuatro libras, y con todo y eso ya yo estaba en las mayores —154 libras cuando estaba en las MLB—. Cuando yo estaba en las menores mi peso era entre las 138 y 147 libras. Pasé por clase A, doble A y triple A con ese peso. Hasta que toqué las 154 libras cuando debuté en las mayores”.
Por eso les recomendó no hacerle caso a ninguna palabra negativa. También les dijo que el pesimismo sirve de poco. De muy poco. En pocas palabras, el que quiere, puede.
“Así que no quiero escuchar a nadie aquí decir que no tengo una oportunidad en las Grandes Ligas o por lo que sea que quieras luchar, porque quiero servirte como un ejemplo“, les reiteró. “La resiliencia, la persistencia, la voluntad de aprender, la voluntad de alcanzar tus objetivos, la voluntad de estar allí te guiarán allí”.
Para finalizar, Pedro los llamó a tener esperanza y enfocarse. Y se lo dijo no solo a los que quieren ser peloteros sino a todos.
“El hecho de que vea a tantos de ustedes con el mismo uniforme aquí, probablemente todos ustedes tenían el mismo objetivo en lo que sea. No todos ustedes pueden ser jugadores de béisbol”, abundó.
“Pero sea lo que sea, nunca lo pierdas de vista, nunca te alejes del objetivo, nunca te alejes de lo que quieres, de cuáles son tus metas, y más importante que nada, no dejes que nadie te diga que no puedes”.
Grande, Pedro.
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