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El cronista y el deportista dos elementos que deben vivir en paz, sin duda uno necesita del otro para llevar una carrera en ascenso.

Es trabajo del cronista o periodista deportivo, cuestionar al deportista e indagar a través de una entrevista con el objetivo de obtener la información que quiere o necesita con la clara meta de que la información llegue.

En su total derecho está el atleta entrevistado, en decir no quiero o no puedo responder tal pregunta.

Bajo este acápite querido lector, es bueno que recordemos que en nuestra carta magna existe la libertad de expresión y que a más grande escala existe en los derechos fundamentales del ser humano, por lo que, puede ser ejercida sin que esta sea coartada o limitada.

 

El atleta y la entrevista complaciente

Sin embargo, muchos atletas han querido durante años ser complacidos en las entrevistas y de paso, no ser cuestionados en temas específicos los cuales consideran ¨una ofensa¨, lo que limita y coarta de forma clara la libre expresión.

En el ejercicio del periodismo objetivo, esta práctica no tiene lugar, siempre habrá oportunidad para que el periodista pregunte y para que el atleta entrevistado, diga ¨paso¨ o ¨no quiero responder¨, pero jamás la limitación del poder de la palabra.

No matemos nuestra clase

En mi breve y corta experiencia, aprendí de mis compañeros una expresión clara ¨las clases no se suicidan o entre bomberos no nos pisamos la manguera¨, lo que me llevará por siempre ha apoyar a los que al igual que yo realizan este trabajo.

Grandes Ligas define con claridad lo que puede hacer quien tenga una credencial de prensa, también lo hará LIDOM, MLS, NBA y cualquier liga del mundo, pero no es el deportista que decide hasta donde accedemos como periodistas o hasta donde no llegamos, sino el organismo rector que establece reglas basadas en la igualdad y el respeto de nuestras funciones como comunicadores.

El periodista puede y tiene el derecho de cuestionar al atleta.

Por eso, no tengo dudas que la clase periodística dominicana debe apoyar a los suyos, no hacer leña del árbol caído que, de hecho, no creo que haya caído por el siempre hecho de informar y hacer uso de su profesión.

Si como trabajadores de la prensa permitimos que el atleta dicte nuestro trabajo, el mismo pierde objetividad debido a que su trabajo es hacer deporte el nuestro informar, comunicar de manera correcta y llevar la verdad al medio en que laboramos o producimos.

Dicho esto, desafío a cada comunicador a mantener en alto su trabajo y seguir haciendo el mismo con gallardía, entereza y determinación, no frenado por la idea de una persona que no estudió periodismo ni conoce las reglas del mismo.