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Recientemente todos los feligreses del béisbol se enteraron de un bochornoso en vivo de Instagram que protagonizó el cubano-mexicano Randy Arozarena donde arremetía contra el periodista dominicano Yancen Pujols. A muchos les sorprendió la manera en la que Arozarena se expresó y más porque dijo que él se iba a encargar de que el periodista no vuelva a entrar al clubhouse de la organización de los Rays de Tampa Bay.

Lo primero es que Arozarena no es Stuart Sternberg ni de cerca parte de los dueños de esta franquicia para entender o creerse que puede tomar decisiones que incidan en el comportamiento normal de esta organización. Lo segundo, es que nadie con conocimiento pleno del negocio se cerraría las puertas a la prensa entendiendo el tan importante rol que esta cumple en la crónica y difusión de todo lo que sucede en el béisbol y alrededor del béisbol.

Para los que no tienen contexto de lo sucedido, hace unas semanas se había revelado la información de que Arozarena y su compañero Wander Franco estuvieron cerca de irse a los puños. En los días previos a las festividades del Juego de Estrellas y sus eventos, el periodista Pujols tuvo la oportunidad de entrevistar a su compatriota, el joven Wander Franco, y fue este último quién afirmó que sí hubo una situación con Arozarena y como transcurrieron los hechos.

A todo esto, Arozarena reacciona con el referido en vivo e insinuó que Pujols se había acercado en busca de “chisme”. Arozarena también negó el conflicto con Franco algo que entra en total contraste con lo expresado por el torpedero dominicano que previamente había afirmado que el conflicto entre ellos sí había sucedido tal y como se había reportado semanas antes.

Por el estilo y la ética que distingue a Yancen Pujols, es improbable que vayamos a ver una respuesta suya a los ataques y declaraciones de Randy Arozarena y ni hablar que el nombrado periodista tampoco tendrá expresiones para sus homólogos que aprovecharon esta situación para intentar ganar notoriedad ya sea criticando su labor o expresando una falsa compresión hacia Arozarena.

Sin embargo, es bueno señalar que lo que Arozarena hizo es un paso que ningún otro pelotero, latinoamericano o no, debería ni de cerca hablar de eso en las cámaras, porque le hace un flaco servicio a la imagen pública de los jugadores de MLB y del esperado buen trato que estos deben a la prensa. El que entiende el periodismo sabe que la misión de un periodista es constatar los hechos y eso fue lo que Pujols hizo al obtener la respuesta de Franco.

A los compañeros de la prensa que se alegraron de esto solamente les digo, que el “hoy por ti, mañana por mí” no solamente se aplica para las “cosas buenas” y mañana puede ser usted al que un Randy Arozarena quiera enlodar su trabajo mientras usted lo ha estado ejerciendo dentro de la ética y el espíritu mismo del periodismo.

El Tío Elie.