El receptor de los Buccaneers de Tampa Antonio Brown se retiró el domingo a la mitad del juego frente a los Jets de Nueva York. Se marchó quitándose la camiseta, lo que dejó a los televidentes llenos de interrogantes. Al terminar el encuentro, el entrenador del equipo Bruce Arians, comunicó que Brown fue despedido por su acto de indisciplina. Pero no es la primera vez que Brown sale de malas de un equipo.
Su travesía comienza en el 2010 tras ser elegido por los Pittsburgh Steelers, en sus primeras temporadas obtuvo dos jugosos contratos por parte de la franquicia de Pensilvania valorados en 42 y 68 millones de dólares respectivamente, en los cuales demostró su calidad como uno de los mejores receptores de la liga.
Ya para el 2018 con los Steelers en plena lucha por los playoffs, Brown tuvo un encontronazo con el quarterback Ben Roethlisberger, al que llega a tirarle el balón y terminó no participando en el último juego de la temporada. Al año siguiente solicitó su traspaso a través de las redes sociales.
Fue cambiado al equipo de Buffalo y se negó a jugar con ésta franquicia. Un año más tarde la liga cambia las reglas de vestuario y Brown exige que lo dejen jugar con el diseño de casco ya descontinuado. Interpone dos querellas contra la liga y en ambas desestiman su demanda.
Antonio Brown ha dejado de ganar más de 40 millones al incumplir contratos y cláusulas, fue acusado y encarcelado por violación y agresión sexual.
Luego de su salida Brown lanzó un tema de rap hablando sobre toda la situación y decidió asistir al partido entre los Brooklyn Nets y los Memphis Grizzlies.