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El golf era para él simplemente una obsesión, y la obsesión se convirtió en el trampolín que hizo realidad su sueño: llegó a ser uno de los grandes golfistas de la historia. Era el mejor golpeador que he visto jamás. El hombre más determinado, capaz de concentrarse como ningún otro en los tiempos que jugaba. Era difícil conocerle bien, por eso sus contrincantes le tenían miedo, declaró en una ocasión Jack Nicklaus. Era el más despiadado de todos los jugadores modernos, señaló su contemporáneo Gene Sarazen.

¿Cuál es tu meta en la vida? Le preguntaron unos amigos antes de que se hiciera profesional. Y Hogan respondió rotundo: Quiero casarme y jugar al golf. Y así fue. Porque de su mujer Valerie sólo se separaba para entrenar o competir.

Nació en Stephenville (Texas) en 1912 y falleció en 1997. Empezó como caddie a los 11 años y su vida fue tan exitosa que fue llevada al cine en la película “Follow the sun”. Destacó por su perfeccionada técnica, gran swing y habilidad para golpear la pelota. Su estilo sigue siendo modelo para muchos principiantes. Ganó cuatro US Open, dos PGA Championship, dos Masters de Augusta y un Open Championship. Es uno de los cinco jugadores que ha logrado ganar el grand slam. Ingresó al salón de la fama del golf mundial en 1974.

El conflicto en la historia de Hogan llegó a su punto más álgido en 1949. Iba conduciendo en un Cadillac con su mujer. Había niebla, y en un puente estrecho colisionaron contra un autobús. El golfista resultó gravemente herido. La pierna izquierda hecha añicos, la pelvis, las costillas; un trombo, embolia… Estuvo al borde de la muerte. Dictamen de los médicos: Vemos difícil que puedas jugar al golf, y andar muy poquito a poco. Pero después de un tiempo salió del hospital y declaró ante los periodistas que volvería a tener un swing.

En 1950, con fuertes dolores en la piernas y problemas circulatorios, ganó el Open US en Merion, en desempate contra Lloyd Mangrum y George Fazio.

Pero el milagro se produjo el día anterior al playoff. Durante la ronda estuvo a punto de abandonar varias veces debido a los fuertes dolores y el cansancio. Llegó al hoyo 18, par 4. Necesitaba el par para jugar el desempate al día siguiente. En el segundo golpe, en medio de la calle, decidió utilizar el hierro 1 (Ni Dios puede controlar un hierro 1, apuntó Lee Treviño en una ocasión). Para sorpresa de todos ejecutó un golpe perfecto. Hogan volvía a renacer. Esta victoria fue un solpo de aire fresco para el Halcón tejano, que más tarde comentaría en sus Fundamentos del golf que aquel golpe no fue un milagro, sino que llevaba practicándolo desde los doce años. Cosas sorprendentes que tiene este deporte.

En 1957 escribió Cinco lecciones: los fundamentos modernos del golf, un manuscrito minucioso, casi científico, que le llevó años de observación, ensayo y prueba error.

Su último torneo profesional lo jugó en 1971. Tras retirarse de la escena golfística, fundó una marca de palos de golf con su nombre. Murió a los 84 años en su casa de Fort Worth.