“… Bon voyage…”- buen viaje en español, eso escribió Tyson Fury en su cuenta en Twitter para sentenciar el anuncio de su retiro del boxeo profesional, horas después que anunciara una posible pelea ante el islandés Hafthor Bjornsson, conocido por su rol en la popular serie, Game Of Thrones.
“… Sería divertido estar frente a unos 70 000 fanáticos y mostrarle lo que es el boxeo…” le había señalado Fury al diario británico The Telegraph y hasta se habló de una serie de tres combates ante el también británico Derek Chisora, como una antesala de su adiós definitivo, pero no, Fury volvió a sorprender a todos.
El momento es ahora
Y no, no será, cinco meses después de su memorable pelea ante Dilian White en Wembley, con uno de los nocauts más épicos en la historia reciente del boxeo, cinco meses después de erigirse campeón de los pesos pesados en el Consejo Mundial de Boxeo, a sus 34 años, todo indica que esta vez sí, Fury cumplirá lo prometido a su esposa y se retirará.
Hay una perspectiva medio irracional en el asunto y entre tanto ir y venir, decir una cosa hoy, otra a las horas, deshacer planes y desmoronar las expectativas de los fanáticos, no se puede pensar otra cosa, pero es que la vida de Tyson Fury fue así, alocada y momentos de gloria le siguieron otros en los que casi toca fondo; drogas, alcohol, depresión, deseos de nada.
De las drogas al estrellato
Así vivía Fury hasta 2015, como un enigma, un tipo común, algo introvertido incluso, dependiendo de las drogas hasta que sorprendió al mundo del boxeo al derrotar sin miramientos a Vladimir Klitschko y desde entonces, como salida de la pluma de Charles Dickens, la historia de Tyson Frury dio en giro de 360 grados.
En siete años y al momento de su anuncio, Tyson Fury había acumulado un total de 33 peleas, con saldo de 32 victorias y un empate y de sus triunfos, 23 fueron por nocaut.
Criticado por muchos debido a su estilo, a veces demasiado ortodoxo, su defensa desordenada, su constante caminar en el ring y por su físico, mas propio de un estibador en un puerto o un minero que de un boxeador profesional; Fury debió imponerse al impacto de los medios y lo hizo, su estilo sí, quizás ortodoxo, a la vieja usanza comparado con Anthony Joshua o un Deontay Wilder, pero su pegada única, como un símbolo imperecedero del mejor boxeo.
Tyson Fury dice adiós y los aficionados se despiden de la que tal vez sea la ultima gran leyenda del pugilismo en la historia reciente.