Los Juegos Olímpicos le dan la posibilidad a todos los países de demostrar su calidad deportiva al mundo. Algunos, son potencias indiscutidas en todos los deportes como Estados Unidos, China o Rusia. Algunos, tienen su fuerte en determinadas disciplinas, como el caso de Jamaica, que hace décadas en potencia en atletismo de velocidad. Pero hay otro grupo de países que tienen algo más particular.

Kosovo es un país recientemente formado. Perteneció a la ex Yugoslavia hasta principios de la década del noventa y luego pasó a formar parte de Serbia, hasta que se independizó en 2008. Si bien aún no es reconocido por la totalidad de los países, sus deportistas pueden competir bajo su bandera nacional.

En los Juegos Olímpicos de Río 2016 tuvo su debut en la máxima cita del deporte mundial. Debido a que era un país reciente, solo pudo clasificar a ocho deportistas. Dos en atletismo, dos en natación, uno en ciclismo, uno en tiro y dos en judo. Éstas dos últimas atletas son lo interesante. A Brasil fueron Majlinda Kelmendi en la categoría -52 kg y Nora Gjakova en la de -57 kg.

Kelmendi logró la priimera medalla en la historia de Kosovo

Gjakova fue eliminada en segunda ronda por la rumana Corina Caprioriu, pero Kelmendi pudo ir avanzando hasta final, eliminando a candidatos la japonesa Misato Nakamura. En la pelea por el oro venció a la italiana Odette Giuffrida por un wasabi y, de esa forma, inauguró el medallero de su país, nada más y nada menos que con la medalla de mayor valor. Kosovo se convertía en una de las delegaciones con menor número de participantes en lograr una medalla de oro.

Para ésta edición, en Tokio, Kosovo aumentó el número de deportistas en su delegación, aunque no mucho. Fueron once los que arribaron a la capital japonesa para seguir el legado de Kelmendi, héroe nacional. Y vaya si lo lograron, porque el judo volvió a aparecer como el deporte kosovar a destacar.

Primero, Distria Krasniqi, que desde su aparición en el circuito se convirtió en la máxima candidata a quedarse con el oro en Tokio, confirmó todas los pronósticos al avanzar hasta la final en la categoría -48 kg venciendo a la mongola Urantsetseg Munkhbat en la semifinal y a la japonesa Funa Tonaki en el combate final.

Gjakova tuvo revancha y logró la tercer medalla dorada kosovar en la historia

Dos días después, Nora Gjakova iba a tener su revancha en -57 kg. En todo el proceso post Río avanzó hasta el tercer lugar del ranking y venció a Tsukasa Yoshida en semis y, en la final, a la francesa Sarah-Léonie Cysique, la cuarta de la preclasificación.

De esta forma, Kosovo dispone de dos medallas doradas en Tokio. Pero lo que es más sorprendente, es que si se suman los únicos dos Juegos en los que participó, logró tres medallas en total, todas de oro, todas en judo, y con apenas 19 atletas sumando ambas delegaciones. Una de las efectividades más altas de la historia de los Juegos Olímpicos.