La web oficial de Tokio 2020 reveló una entrevista realizada a la dominicana Alejandra Aybar, que llevará el gorro de natación de su entrenador en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, como muestra de su agradecimiento hacia él y para hacer realidad su sueño.
“No tengo palabras para explicar lo importante que es para mí mi entrenador Gálvez Capriles”, dice.
Aybar le da crédito a Capriles por ayudarla a hacer historia para la nación caribeña en Para natación. Él la entrenó para conseguir una medalla de plata en los 100m braza SB6 en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019, en Perú.
Fue la primera persona de su país en clasificarse para los Juegos y espera que esto se repita en los Juegos Paralímpicos de agosto. Será un momento especial para ella y su entrenador. Capriles es un ex nadador de élite sin discapacidad que esperaba clasificarse para los Juegos Olímpicos, pero se quedó fuera por una lesión.
“Gálvez me dijo que al clasificarme para los Juegos Paralímpicos estoy cumpliendo su sueño de ir a los Juegos”, dijo Aybar. “Le preguntaré si puedo llevar su gorro de natación para competir en Tokio. Será un gran placer nadar allí sabiendo que su sueño se ha hecho realidad”.
Aybar también sueña con ganar: “Los atletas se entrenan todos los días para ganar el oro, ganen o no. Yo estoy decidido a ganar el oro”.
Volver a casa con una medalla sería un logro extraordinario. “Es muy difícil ser una Para atleta de élite en un país como el mío, así que estoy muy orgullosa y agradecida por todo lo que hemos conseguido con mi entrenador”, expresa.
“Tengo un psicólogo deportivo increíble, y me siento afortunada de tenerlo a mi lado, pero no tenemos médicos, nutricionistas, fisioterapeutas, gente que analice la mecánica de mis carreras, ni la gran tecnología, ni patrocinadores para todo lo que necesitamos”.
“Cada pequeña cosa que hemos conseguido [Gálvez y yo] es en base de sacrificios físicos, emocionales y económicos”.
Su exitosa asociación también ha ayudado a Aybar a promover la discapacidad, así como la inclusión y el acceso a los Para deportes en su país. En los Juegos Paralímpicos Río 2016 solo había dos Para atletas en el equipo nacional: en atletismo y en ciclismo.
“Los Para atletas solían vivir en la sombra, y yo estoy intentando cambiar eso”, explica. “Ahora soy la Para atleta más famosa de la República Dominicana, no solo por mi medalla en Lima, sino también por mi lucha contra la discriminación”.
“Quiero la aceptación y la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad y el deporte”.
Descubrir la natación
Aybar nació con la enfermedad de los huesos frágiles, la osteogénesis imperfecta (OI), que afectó a su movilidad. Durante su infancia sufrió múltiples fracturas en las piernas y las caderas, soportó dolores extremos y se sometió a innumerables operaciones con largos periodos de recuperación.
“No podía entender cómo Dios me hizo así y por qué tenía que soportar tanto dolor. Odiaba mi aspecto y muchas veces pensaba que era fea. Quería esconderme de todo el mundo”.
Su hogar era su santuario. Creció en Azua, un pueblo rural, donde vivía con su madre Bella, contadora, su hermano mayor Alejandro, trabajador de una agencia gubernamental que también tiene OI, y su hermana menor Chabely, ejecutiva de ventas.
“Mamá siempre me vio como una heroína, para ella soy la niña más resiliente y maravillosa, y eso me ayudó a superar todos los desafíos”.
Sin embargo, la vida fuera de su casa era difícil. “Crecer en un barrio pequeño fue duro porque yo era diferente”, dice Aybar, que mide 1,3 m.
“Todo el mundo me miraba y susurraba delante de mí. Me sentía fatal. Solo tenía un amigo. A pesar de ello, afrontaba los desafíos físicos con valentía, pero me sentía vacía por dentro, como si me faltara algo”.
Ese vacío se llenó cuando descubrió la natación. En 2014 su médico le aconsejó que se dedicara a este deporte después de haberse dañado la rodilla derecha. Tenía 26 años y nunca había aprendido a nadar.
Una visita a una piscina en la capital, Santo Domingo, donde se trasladó para estudiar, le cambió la vida. “Fue increíble. No sabía nadar, pero disfrutaba de la sensación del agua y podía mover las piernas”.
“Me pregunté: ¿Cómo he vivido tanto tiempo sin conocer este cielo? Me sentía viva en el agua”.
Al principio le negaron las clases de natación por miedo a que su discapacidad retrasara la clase, pero Aybar luchó contra la discriminación y ganó. Más tarde, un entrenador la invitó a unirse al equipo Delfines del Naco Masters, donde se entrenó junto a nadadores sin discapacidad.
Su progresión fue rápida. En 2016 compitió en su primer evento nacional y un año más tarde, a los 28 años, se convirtió en la primera nadadora de la República Dominicana en competir en una final de un Campeonato Mundial.
Aybar fue sexta en los 50 m mariposa y octava en los 100 m libres en el Campeonato Mundial México 2017. También compitió en Londres 2019 y sigue siendo la única Para nadadora femenina que entrena y compite por su país.
“Estoy orgullosa de mi carrera como nadadora. Me ha hecho sentir empoderada. Me encanta poder moverme rápido en el agua”.
Los beneficios psicológicos también han sido profundos: “La natación me ha ayudado a quererme a mí misma. Ahora amo cada parte de mi cuerpo y el uso de trajes de baño. Me siento guapa. También tengo amigos que me quieren tal y como soy”.
Ingeniera y líder
Y el deporte le ha mostrado a otras personas lo que puede lograr. “Siempre me decían ‘no puedes hacer eso’, pero si alguien lo dice lo hago igual”.
Aybar, que ahora tiene 32 años, sorprendió a muchos cuando eligió estudiar Ingeniería Industrial.
Ignoró los comentarios negativos y fue galardonada con el premio de graduada sobresaliente por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, y más tarde consiguió un trabajo como ingeniera de calidad en una empresa de dispositivos médicos.
El pasado noviembre volvió a la universidad para dar un discurso a 500 graduados a través de YouTube. También fue invitada a dar una charla TEDx y fue seleccionada para el programa de futuros líderes para América Latina, Portugal y España.
La influencia de Aybar como modelo a seguir tiene ahora un gran alcance: “Un médico se puso en contacto conmigo hace poco cuando una paciente dio a luz a una niña con osteogénesis imperfecta y quiso darle esperanza a la familia a través de mi ejemplo de vida”.
La Para nadadora se está preparando actualmente para los Juegos Paralímpicos pospuestos de este verano. Su entrenamiento se vio interrumpido por la pandemia de COVID-19, cuando se cerraron las piscinas y los gimnasios, pero ya ha vuelto a la carga.
“Ni yo ni mi entrenador hemos estado en Japón y estamos muy ilusionados”, afirma.
Es un viaje que Aybar nunca podría haber imaginado de niña, pero con la ayuda de Capriles, soñar en grande es ahora parte de su vida. “Vivamos más allá de nuestros límites y permitámonos soñar y alcanzar nuestros sueños”, remarca.
“Los obstáculos y los desafíos siempre estarán ahí, pero como dice mi entrenador antes de cada carrera, ‘sonríe y disfruta’, porque el resultado depende de cómo afrontemos las cosas que no podemos controlar”.
Por Mary Barber para World Para Swimming / Comité Paralímpico Internacional