Fue en abril, en abril de 1985; habían pasado tres años desde que pactaron por primera vez, pero la pelea, esa pelea, tenía que suceder; eran los dos mejores boxeadores del momento y en Las Vegas, la meca de los grandes hitos del pugilismo mundial, Marvin Hagler y Thomas Hearns disputaron el título de campeón mundial de peso mediano.

Para ese entonces, Hagler, “El Mavilloso” Hagler era el campeón defensor, llevaba 9 años invicto y buscaba su oncena defensa del título de la CMB, la AMB y The Ring, frente a un sensacional Hearns, que con su estilo ortodoxo y un cross brutal, imponía respeto.

El contexto

The Ring, la prestigiosa revista de boxeo fundada en 1922 había nombrado a Hagler como boxeador del año en 1983, mientras que Hearns se llevaba el galardón al siguiente año y es que al mirar en retrospectiva hasta los años 80 del pasado siglo, tanto Marvin Hagler como Thomas Hearns y Ray Leonard, fueron los rostros de este deporte, junto al panameño Roberto Durán, en cuanto a pesos medianos se refiere.

La guerra, con ese nombre trascendió la pelea, un  clásico choque de trenes, dos de los estilos más imponentes del cuadrilátero en todas las épocas, sin obviar la dimensión histórica del argentino Carlos Monzón.

Los estilos

Hagler, un zurdo que amparado en la efectividad de su jab tendía a someter a sus rivales con potentes combinaciones de jab y cross; por otro lado, Hearns, también era un maestro con su jab, pero tal como mencionamos, su arma predilecta era un cross que como un mazazo sepultaba a sus oponentes.

La pelea

“El Maravilloso” Hagler llegó a la pelea con récord de 60-2-2 y el plus de 50 nocauts en su historial, mientras que Hearns con 40-1 y 34 fuera de combate lanzaba su candidatura.

Cuenta The Ring que 1,2 millones de personas compraron los derechos de trasmisión, a la vez que 15 200 espectadores acudieron al Palacio Caesars.

Los esquemas se rompieron, Hagler exageró su táctica y en los primeros compases con potentes combinaciones llevó a Hearns a las cuerdas, pero este ripostó en la corta distancia.

Una mano fracturada para Hearns y un corte en la frente para Hagler, fueron el saldo de ese primer asalto, pero así y todo Hagler siguió enfocado en sostener su pelea…era el campeón.

El momento cumbre

En el segundo asalto se definió todo, cuentan los cronistas, pues la mano fracturada de Hearns lo obligó a replantear su estrategia y por ende a solventar los minutos a la riposta, y eso lo aprovechó “El Maravilloso” Hagler para ablandarlo y dejar la escena lista.

Ya en el tercer round, era cuestión de tiempo, Hearns presionó, pero fue inútil, un golpe de derecha de Hagler lo desequilibró y antes de que pudiera reaccionar, fue derribado por Marvin con dos derechazos seguidos, tras fallar con su izquierda.

A los 1:52 del tercer asalto, todo acabó, Marvin Hager había legitimado su leyenda en unos de los mejores combates de todos los tiempos.