Vasiliy Lomachenko regresó de prestar servicio militar en Ucrania y venció el sábado por decisión unánime al local Jamaine Ortiz, para poner en marcha su intento por buscar de nuevo los títulos de los ligeros.
Lomachenko lució más fuerte a medida que la pelea avanzó, tras un comienzo lento, tal vez atribuible a que estaba fuera de ritmo ante su largo alejamiento de los cuadriláteros.
El ucraniano regresó a su país después de que fue invadido por Rusia en febrero, y se unió a un batallón de defensa territorial, patrullando las calles para hacer que se cumpliera un toque de queda desde las 10 de la noche.
Ahora ha vuelto al boxeo y espera una oportunidad de enfrentar a Devin Haney, el campeón indiscutible de la categoría, quien estaba sentado en ringside y subió al cuadrilátero después del combate.
Lomachenko (17-2), se impuso por tarjetas de 117-111, 116-112 y 115-113. The Associated Press dio 115-113.
Fue visible la inflamación en torno del ojo derecho de Lomachenko desde el segundo asalto, mientras trataba de acercarse a un oponente con mayor alcance. Finalmente, el bicampeón olímpico encontró la manera de encaminarse al triunfo.
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