Los Juegos Olímpicos de Tokio tendrán un límite de 10.000 espectadores por sede y además los organizadores decidieron prohibir la llegada de espectadores del extranjero debido a un riesgo sanitario considerado demasiado alto, algo inédito en la historia olímpica.
“Si hubiera un cambio pronunciado en la situación epidémica, tendríamos que revisar la norma y considerar la opción de no tener espectadores en las sedes”, expresó la gobernadora de Tokio Yuriko Koike antes de que se anunciara la decisión.
A su vez, la organización añadió en un comunicado que la decisión sobre el número de aficionados en los Juegos Paralímpicos (24 agosto-5 septiembre) es aplazada hasta el 16 de julio. Recordemos que en marzo se decidió la prohibición de espectadores del extranjero debido a un riesgo sanitario considerado demasiado alto.
De la reunión fueron participes cinco puntos: el comité organizador de Tokio-2020, el gobierno japonés, el gobierno de la metrópolis de Tokio, el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Comité Paralímpico Internacional (CPI).
El gobierno japonés ha mantenido algunas restricciones al menos hasta el 11 de julio y el primer ministro Yoshihide Suga advirtió que podría reforzarlas si los casos de covid-19 aumentan y el sistema sanitario se halla bajo presión. Un sorteo determinará los aficionados que puedan acudir a los Juegos sobre los que tenían su entrada. Los elegidos tendrán que llevar mascarillas todo el tiempo y tendrán prohibido “hablar fuerte o gritar”, pidió la organización.
Los expertos sanitarios que asesoran al gobierno habían avisado que sería “ideal” celebrar los Juegos a puerta cerrada, mientras que algunas asociaciones médicas habían pedido la anulación.