Al día de hoy, para muchos es así, se trata de una especie de mercenario moderno, hombres y mujeres que deciden competir al máximo nivel bajo la bandera de otro país, pero no, como tantos otros no lo creo así, pues en esta trama subyace un manto bien amplio de matices que nos dan otro cúmulo de perspectivas, simplemente cuestión de sueños, de ilusión, de vivir un poco mejor incluso.
La presente edición del Campeonato Mundial de Atletismo que se efectúa en la ciudad de Eugene, estado de Oregón en Estados Unidos ha puesto sobre el tapete otra vez este tema, pues se han visto muchos corredores en su mayoría africanos, vistiendo la camiseta de otros países.
De igual modo en República Dominicana se ha desatado la polémica entorno a las raíces haitianas de la medallista de oro en suelo estadounidense, Fiordaliza Cofil, llegando incluso a tomar efervescencia declaraciones y conductas xenófobas.
La globalización
De igual manera se alude a los efectos de la globalización y al día de hoy, el tema de las nacionalizaciones en el deporte, es algo tan común como entrar a internet y googlear sobre cualquier tema.
Si bien fue un proceso que en su momento se vio con más presencia en el fútbol y ya desde los años 30 pudiéramos tener ejemplos concretos, cuando los argentinos Luis Monti, Raimundo Orsi y Ricardo Guaita salieron campeones con Italia en el Mundial de Fútbol de 1934 y tiempo después vendría a irrumpir el caso de Alfredo Di Estefano que, tras su llegada a España para jugar con el Real Madrid, tal como ocurrió con el cubano Pepe Legrá en boxeo; el asunto se ha expandido a todos los deportes, béisbol, atletismo y baloncesto por solo citar y al instante de escribir este texto, se daba la noticia de que el camerunés, Joel Embiid recibía la nacionalidad francesa y por tanto se abría la posibilidad de representar la enseña tricolor en los distintos certámenes internacionales.
Cuestión de tiempos modernos
Son solo ejemplos que, con el paso del tiempo y la instauración de la globalización, se ha llegado a establecer un margen muy ínfimo incluso con el tema de las nacionalidades, pues las culturas y tradiciones se imbrican hasta establecerse lazos únicos e inseparables en todos los ámbitos.
Algunos deportistas deciden emigrar debido a la falta de oportunidades en sus respectivos países, en lo que al escenario deportivo se refiere, situación está que se acrecienta con las carencias económicas y la situación social de muchos países, sobre todo del tercer mundo.
Ganar y perder
Para unos es una cuestión de ganar y perder, para otros es solo ganar y otra vez cuando miramos al equipo de Francia en la Copa Mundial de Rusia en 2018, tenemos los casos de Paul Pogba, de padres guineanos, N Golo Kanté de Mali y el sensacional Kylian Mbappe de padre camerunés y madre argelina y aquí, en este punto otro elemento sobresale y es el lastre de la colonización, como un estigma real que marca la realidad de nuestras días y es que todas estas naciones mencionadas estuvieron subordinadas hasta bien entrados los años 60 del siglo XX, a la egida de la República Francesa.
Por un lado, las naciones desarrolladas ganan en talento, casi siempre formado en los respectivos países de origen y entonces el salto de calidad sopesa cualquier tipo de trabas o problemas, pues en un momento onde el deporte está tan mercantilizado, todo se transforma en ganancias, así sea relegando a segundos y terceros planos al talento local.
Hay tela por donde cortar en este asunto, respecto a posible causas de este fenómeno pero la mayoría o las que mas pudieran incidir han sido expuestas en este texto, pero igual, más allá de criterios y especulaciones superfluas, no hay nada malo en querer aspirar a vivir un poco mejor.