Su mensaje dio la vuelta al mundo, pero las consecuencias fueron graves. “Allez opi-omi!” (¡Vamos abuelito-abuelita!) rezaba la pancarta de cartón que una mujer de 31 años mostraba a cámara, de espaldas a los ciclistas, para saludar a sus abuelos, incondicionales carrera del Tour de France el pasado 26 de junio.
La mujer, motivada por mostrar su cartel a la televisión, no tuvo en cuenta que el pelotón de ciclistas estaba ya muy cerca y se metió adentro de la pista. Cuando quiso salir, fue muy tarde. En el intento por esquivarla, uno de los corredores cayó y desencadenó un choque en cadena que involucró a decenas de competidores.
La carrera discurría entonces por Sizun, una localidad situada a 45 kilómetros de la meta de la primera etapa, cuando varios ciclistas no pudieron esquivar a la mujer y su pancarta. El alemán Tony Martin fue el primero en caer, seguido de otros.
La fiscalía pidió el jueves 14 de octubre, cuatro meses de prisión con suspensión de pena para una la mujer cuyo mensaje en televisión le podría costar muy caro. “Hizo que medio centenar de corredores cayeran, algunos tuvieron que retirarse“, lamentó en un comunicado la organización internacional de ciclistas, llamada CPA.
Entre los corredores que tuvieron que abandonar se encuentra el alemán Jasha Sütterlin (DSM) y el español Marc Soler (Movistar). Este último, vencedor de la competición París-Niza en 2018, acabó con tres fracturas en el brazo izquierdo.
Durante el juicio celebrado este jueves en Brest (oeste), la fiscalía pidió cuatro meses de prisión, con suspensión de pena, ya que la mujer reconoció “la peligrosidad de su comportamiento” y “dio muestras de arrepentimiento”.
La CPA, la única asociación de corredores reconocida por la Unión Ciclista Internacional (UCI), había pedido un euro simbólico a la mujer para concienciar sobre la adopción de “actitudes responsables y respetuosas con los corredores”.
“El daño sufrido es físico, moral y económico. Un atleta entrena durante meses para una gran vuelta y no es aceptable que ese duro trabajo desaparezca en un instante por la búsqueda de popularidad“, dijo la víspera su presidente, Gianni Bugno.
Las imágenes de esta mujer, vestida con un chubasquero amarillo y que luce la pancarta con una gran sonrisa antes de ser golpeada por el pelotón, dieron la vuelta al mundo, generando un gran interés mediático, sobre todo cuando desapareció durante días.
Cuatro días después de los hechos, cuando se activó un llamado a testigos, la mujer acudió a la comisaría de Landerneau, encargada de la investigación y donde fue detenida, al no soportar más la presión mediática.
«La acusación le provocó un sentimiento de vergüenza, de miedo a las consecuencias de su acción. Dice estar angustiada por la repercusión mediática de lo que llama su ‘estupidez’», subrayó entonces el fiscal de Brest, Camille Miansoni, en rueda de prensa.
El veredicto se conocerá el 9 de diciembre.