Ya lo avisó Egan Bernal en el segundo día de reposo del Giro: “Con mi ventaja, en la tercera semana me toca correr de manera conservadora”. Después de sufrir una crisis en Sega di Ala, no se salió del guion: frialdad ante la batería de ataques de sus rivales y que el tren del Ineos, conducido por Castroviejo y Martínez, sofocara los movimientos peligrosos.
Quién sabe qué hubiera sucedido de haberse cebado cuando lo intentaron sucesivamente Almeida, Yates, Caruso, Vlasov y Carthy, porque ahora mismo el colombiano no es el ciclista que dominó con autoridad las primeras 16 etapas. Martínez, su “ángel de la guarda”, le dejó solo a 2,5 km de coronar. Sin embargo, Almeida le soltó y Simon Yates, el único que se zafó del control del equipo británico en Alpe di Mera, le sacó los segundos que enjugaron sus gregarios, más la bonificación. Aun así, las diferencias permanecen bajo control para el líder. Caruso está a 2:29 y Yates, a 2:49.
El británico hizo lo que se esperaba de él: probarlo desde lejos y no rendirse. Al contrario que Bernal, al límite, Yates parece el más fuerte en este momento tras un Giro irregular, con días malos, como en Sestola, el sterrato o en Cortina, y otros brillantes, como en el Zoncolan o Sega di Ala.
Por eso quiere apurar sus opciones hasta el final. Sólo 20 segundos le separan de Caruso, que juega al catenaccio para conservar un puesto de honor en el cajón, segundo o tercero. Al resto les falta fuelle: Vlasov, Carthy o Bardet, quienes rondaron el podio en algún tramo de la carrera, se desinflan a cada kilómetro que pasa.
En cambio, Almeida también va a más. Después de una tercera jornada de descanso encubierta, “para recuperar energías”, como reconoció la maglia rosa, esta vez no hubo cuartel para la escapada.
El Deceuninck apretó prácticamente durante todo el día, una manera de compensar al portugués el tiempo perdido por trabajar para Evenepoel… demasiado tarde, ya que Bernal, Caruso y Yates se encuentran muy lejos. Marcha octavo, con pocas opciones de mejorar su clasificación.
Aunque el Giro no subió Mottarone, el pelotón rindió homenaje a las 14 víctimas del accidente de teleférico que se produjo en ese puerto. La Asociación de Ciclistas Profesionales (ACP) anunció “por unanimidad” donar todo el dinero de los premios de la etapa al pequeño Eitan, el único superviviente, de cinco años, y a las familias afectadas por la tragedia.
A los favoritos les quedan dos días para defenderse o buscar cotas más altas: Alpe Motta y la contrarreloj de Milán. Yates, tras alcanzar su cuarto triunfo en la Corsa Rosa, ansía más: “Correré con todo”. Bernal es el que está avisado.