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Novak Djokovic debutó con victoria este martes en el Masters 1000 de Montecarlo. El serbio se quedó con un triunfo más sufrido de lo esperado ante el desconocido ruso Ivan Gakhov (198°) por 7-6 (5) y 6-2 en 1h45m. Nole vuelve a la victoria después de 39 días: la última vez fue había sido en los cuartos de final del ATP de Dubai contra Hubert Hurkacz (13°) en febrero.

El número uno del mundo no pudo jugar ni en Indian Wells ni en Miami, por su pertinaz negativa a vacunarse contra la COVID, condición aún indispensable para entrar en Estados Unidos. Y tenía ganas de volver. Pero lo hizo con una contradictoria sensación de apatía, con problemas para golpear en posiciones bien coordinadas y, seguramente, con más dificultades de las que esperaba.

El torneo aparece en el momento exacto para que el balcánico vuelva a agarrar ritmo antes de Roland Garros, que se juega desde el 28 de mayo. Si lo gana se convertirá en el jugador con más cantidad de Grand Slams ganados (23) superando a Rafael Nadal. Antes necesita sumar rodaje en polvo, donde no ganaba desde el 29 de mayo del año pasado (cuarta ronda en París).

A pesar de su comienzo al ralentí, diez meses después de su último partido en polvo de arcilla, Djokovic (35 años) tiene una gran oportunidad de aumentar su récord de 39 títulos de Masters 1.000 y también la distancia que le separa de Carlos Alcaraz en la lucha por el uno. El año pasado cayó en la segunda ronda ante Alejandro Davidovich y puede sumar hasta 990 puntos.

Sobre todo en ausencia del murciano y de Nadal. Aunque por su lado del cuadro tiene potenciales rivales duros, como Jannik Sinner y su último verdugo, Daniil Medvedev, antes de una hipotética final contra Stefanos Tsitsipas, que pasó a octavos sin sudar, en solo 22 minutos, por retirada del francés Benjamin Bonzi cuando le ganaba por 3-0.