Daniil Medvedev fue la otra cara del deporte en el Australian Open. Luego de la histórica consagración de Rafael Nadal, que le valió convertirse en el máximo ganador de Grand Slam en la historia, junto a una remontada épica, tocó ver la reacción del ruso.
Tras la primer consulta en la rueda de prensa post partido, el finalista se despachó con una exposición impensada. Un monólogo en el que repasó su recorrido desde chico y en el que dejó en claro que no siempre se cumplen los sueños de la juventud por más que el éxito llegue.
“Esta será una conferencia de prensa distinta porque voy a comenzar con algo largo o corto, no sé. Intentaré hacerlo breve. Es la historia de un niño que soñaba con hacer grandes cosas en el tenis. Desde que comencé, a la edad de seis años, el tiempo ha pasado rápido”, comenzó. “Comencé a jugar torneos juveniles en Europa, recuerdo haber estado en los Juegos Olímpicos de la Juventud, donde llegué a la final, fue genial. Había una cancha central, tal vez había 1000 personas, 2000. Fue realmente divertido”.
“Luego vienen los Futures, los Challengers, tratamos de progresar. Jugamos torneos cada vez más importantes. Hubo momentos durante mi carrera en los que el niño se preguntaba si debería seguir soñando con esas grandes cosas o no”, continuó, ya mostrando el punto al que quería llegar. “No explicaré por qué exactamente, pero durante el partido de hoy entendí que para mí jugar al tenis es divertido. Solo te cuento las veces que los niños dejan de soñar y hoy fue mi caso”.
“A partir de ahora juego para mí, mi familia, para mantenernos, para la gente que confía en mí, también para los rusos, porque siento mucho apoyo de ellos. Te lo diré de esta manera: si hubiera un torneo sobre cancha dura en Moscú antes de Roland Garros o Wimbledon, lo jugaría aunque eso significara perderme Roland Garros o Wimbledon. El niño dejó de soñar. Él jugará para sí mismo. Eso es todo, esa es mi historia, gracias por escucharme.”, finalizó en clara referencia a su decepción por el trato del público australiano hacia él durante todo el torneo.
Al ser consultado puntualmente por el público, declaró: “No voy a responder preguntas sobre esa historia. Solo te daré un pequeño ejemplo. Antes del saque de Rafa, en el quinto set, cuando un espectador gritó, lo que me sorprendió,“Vamos Daniil”, mil personas pidieron silencio, pero antes de mi saque, no escuché eso. Es decepcionante. Es una falta de respeto”.