Naturalmente, Roger Federer está al tanto de que esta edición de Wimbledon representa su último torneo de Grand Slam antes de cumplir los 40 años. Sabe también que no había disputado un duelo de tercera ronda de un major en casi dos años y medio.
Y, desde luego, está consciente de que no hay modo de predecir cuántos más le quedan por delante.
Tal vez esa combinación de factores llevó a una reacción atípica por parte del tenista suizo. Con los brazos, formó la “V” de la victoria, antes de soltar un grito estruendoso y batir varias veces un puño en el aire.
Su saque a 123 mph fue devuelto hacia la red por el británico Cameron Norrie y Federer se impuso el sábado por 6-4, 6-4, 5-7, 6-4.
También hay que tomar en cuenta esto: Federer se sometió a dos operaciones en la rodilla derecha en 2020 y sólo había disputado ocho partidos de la presente temporada hasta esta semana. En estas circunstancias, había considerado que Norrie, el 29no preclasificado era un “punto de referencia” que le permitiría determinar dónde está su nivel de juego.
“Pienso que estuve muy tranquilo en el partido. Quizás es por eso que me guardé todas las emociones hasta el final”, comentó Federer, cuyo cumpleaños se celebra el 8 de agosto.
Un tenista tan veterano no llegaba a la cuarta ronda de Wimbledon desde que Ken Rosewall lo logró en 1975 a los 40 años.
“Si puedo vencer a alguien de su nivel, que ha jugado bien en la última semana, que juega en casa, que ha disputado muchos partidos… sabré a quién puedo derrotar, ¿saben a qué me refiero?”, explicó Federer. “No es como un chico que que puede jugar bien sólo un día. Es un buen tenista”.
Definitivamente no hubo ventaja de local para Norrie.
“¡Vamos, Roger!”, fue el grito que más emitieron los espectadores de todas las edades.
Federer, quien ostenta un récord al conquistar ocho de sus 20 trofeos del Grand Slam en el All England Club, no defraudó.
Logró 48 winners, contra 33 errores no forzados, y ganó el punto en 30 de sus 38 viajes a la red, incluidos 11 de 11 cuando jugó al saque y volea.
Enseguida, vendrá la 69na aparición de Federer en la cuarta ronda de un major. El lunes, enfrentará al italiano Lorenzo Sonego, de 26 años y 23er preclasificado, quien ha alcanzado estas alturas de un Grand Slam apenas por segunda vez en su carrera.
“Definitivamente siento que en este momento he recuperado mi ritmo”, aseveró Federer.
Momentos después, se refirió a su desempeño del sábado.
“Quizá fue una de las primeras vences que me sentí en paz ahí. Realmente hubo cierta tranquilidad, supongo, de saber que estaba bien todo lo que hacía: Dónde quería poner el saque, cómo quería ganar mis games al servicio. Y cuando cometí errores, cómo tomé las decisiones erróneas para simplemente dejarlas atrás”.