Hoy todo el mundo querrá hablar con Hubert Hurkacz, el hombre que derrotó a Roger Federer en Wimbledon, pero hace tan sólo tres meses, el polaco se quedaba solo en rueda de prensa, sin ningún medio de comunicación que quisiera hacerle una sola pregunta.
Ocurrió en la sala de prensa de Montecarlo. Había ganado en tres sets al italiano Thomas Fabbiano y llegó con una sonrisa a atender a los medios. La moderadora avisó. “¿Preguntas en inglés?”. Nadie respondió. “Pasamos al polaco”. Nadie habló. “Lo siento, pero es que te habían pedido que vinieras”, le explicó la de prensa al polaco, que se rio. “¿No hay preguntas? Buena rueda de prensa”. Hizo un gesto con el pulgar hacia arriba, se levantó y se fue.
En ese momento no es que el espigado tenista de 1.96 fuese un completo desconocido. Estaba el número 16 del mundo, a merced de la mejor victoria de su carrera en el Masters 1.000 de Miami apenas dos semanas antes.
Se había ‘cargado’ por el camino a Denis Shapovalov, Milos Raonic, Andrey Rublev y Jannik Sinner, para ganar un título con el que sueñan todos los tenistas y es que un Masters 1.000 es poca broma. Para ejemplo, Dominic Thiem solo ha logrado uno hasta la fecha, David Ferrer, uno de los mejores tenistas españoles de la historia, solo consiguió uno.
Hurkacz seguramente ya no tendrá que aguantar más ruedas de prensa a cero. Con este triunfo se colocará el número 11 del mundo y una victoria más podría meterle en el ‘top ten’ si Shapovalov cae en semifinales ante Novak Djokovic.
Su victoria ante Federer le puso en boca de todo el mundo. Había eliminado al suizo en tres sets, algo que no lograba nadie desde 2002, cuando lo hizo otro sacador como Mario Ancic. Le había metido el quinto ‘rosco’ de su carrera, el primero en Wimbledon en su carrera, el segundo en hierba. No lo sufría desde Roland Garros 2008.
Ahora el mundo ya conoce a Hubert Hurkacz, ya nunca más le dejarán solo