Anoche, Serena Williams disputó su último partido en la edición 142 del Abierto de Estados Unidos y posiblemente el último de su carrera.
Williams, para muchos la mejor jugadora de tenis de la historia, cayó en la tercera ronda frente a la australiana Ajla Tomljanovic, ante un público que pasó del entusiasmo a las lágrimas en el estadio Arthur Ashe. Para definir el encuentro se necesitaron cinco match points que prolongaron el encuentro por más de tres horas y los espectadores se pusieron de pie para captar la gesta con las cámaras de sus teléfonos celulares.
Williams cumplirá 41 años este mes y recientemente dijo que esta lista para dejar las pistas. La menor de las dos históricas Williams diría adiós a las canchas después de 27 años, con un curriculum legendario que cuenta con 23 Grand Slam individuales, 14 Grand Slam en parejas y cuatro medallas olímpicas. Ver también ¿Quién es el deportista más grande entre todos los grandes?
“¡Dios mío, muchas gracias! Ustedes, chicos, fueron asombrosos hoy. Lo intenté”, dijo Williams a los espectadores, con las manos en las caderas, antes de agradecer también a sus padres, su marido y su hermana mayor Venus, siete veces monarca de majors.
Pero cuando vemos atrás y evaluamos todo lo realizado por Serena y su hermana mayor Venus, notamos que cuentan con un legado único. Las hermanas Williams cambiaron la forma de jugar y quien lo juega. Cambiaron para siempre el panorama del tenis, hasta tal punto que es fácil olvidar cómo era antes de que llegaran, cuando los partidos de tenis femenino rara vez se jugaban en horario de máxima audiencia.
De hecho, la historia de las hermanas Williams debe ser una de las mejores historias deportivas jamás contadas, una historia con un guión para una tremenda película, pero ¿qué escritor sería capaz de armar una trama de esta índole? Sorprendentemente su padre, Richard Williams, lo hizo.
Richard desde antes de que nacieran Venus y Serena, desarrolló un plan de negocios de 75 páginas de como criar campeones. Recibimos algunos vistazos de esta historia en la película King Richard, que muestra los comienzos de Venus y los pequeños pasos en el tenis de Serena.
Como se puede ver en la película, Richard estaba tan obsesionado o lo que algunos llamarían demasiado motivado para lograr su objetivo que soportó ser golpeado frente a sus hijas, recibió amenazas del Klu Klux Klan, por poco comete un asesinato y terminó retirándolas de competencias juveniles para evitar que fueran presionadas como sus contemporáneas.
Actuó como el arquitecto y promotor de sus hijas, aprovechando una narrativa que los medios compraban y vendían: niñas negras pobres triunfando en un mundo blanco. Al igual que cuando lanzan un trailer de una película que será un éxito de taquilla para atraer público, les dio a los periodistas deportivos y fanáticos una vista previa de sus hijas, dejando la trama para el lanzamiento oficial y vaya que todo fue un éxito.
“No sería Serena si no hubiera una Venus. Así que gracias, Venus. Ella es la única razón por la que Serena Williams existe”, comentó Serena tras el partido de anoche.
Sus métodos fueron molestos, pero hay que destacar que Richard fue una especie de Nostradamus fusionado a un inventor, que pensó el futuro y lo hizo realidad. En el caso de Serena, si en definitiva es su adiós, nos toca decir, hasta pronto a las más grande de todas.