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Daniil Medvedev confesó hace un tiempo su falta de adaptación en los torneos de polvo de ladrillo. Decía que no la pasaba bien adentro de la cancha, porque se trataba de una superficie demasiado lenta en la que no podía mostrar todo su potencial. Sin embargo, en el Masters 1000 de Roma, donde nunca había conseguido ganar un partido, logró encontrar este año todo su potencial. Y vaya si lo hizo, ya que se quedó con el título al derrotar al danés Holger Rune por un doble 7-5.

Más allá de que la protagonista de la jornada fue la lluvia, que anegó el terreno de juego durante un largo período, la realidad es que el ruso no le dio oportunidad alguna al griego, que aún sigue sin poder conseguir una victoria ante un top10 en esta temporada. Este el vigésimo título de su carrera en 20 torneos distintos, curioso. Ha triunfado en cuatro de los cinco continentes, le falta África. Y es el sexto jugador con seis o más Masters 1.000 diferentes en su palmarés, junto con Djokovic (9), Federer (8), Agassi (7), Murray (7) y Nadal (7).

“Siempre creo en mí mismo, trato de hacerlo lo mejor posible y quiero conquistar los torneos más grandes del mundo. Al mismo tiempo, honestamente, no creía mucho en poder ganar los Masters 1.000 en tierra batida durante mi carrera, porque odiaba jugar en esa superficie, no me sentía bien, nada funcionaba y parecía que podría duraría siempre”, dijo Medvedev al finalizar el partido.

De esta forma, el ruso no solo lidera la temporada en victorias totales con 39 juegos ganados y en títulos con cinco conquistas, sino que también superó al serbio Novak Djokovic en el ranking mundial ubicándose segundo. Era sabido que pasara lo que pasara en Roma, el nuevo líder iba a ser Carlos Alcaraz, pero con la victoria de Medvedev, Nole ahora cae al tercer lugar y podría enfrentarse al español en semis de Roland Garros, próximo torneo en la agenda.