El regreso de Naomi Osaka al circuito acapara toda la atención. Se trata de la número dos del ranking mundial, que tuvo un difícil momento en su carrera priorizando su salud mental a causa de la presión y el stress de los resultados.

Después de abandonar Roland Garros, ausentarse de Wimbledon y de reaparecer en los Juegos Olímpicos, Osaka volvió al circuito en el Masters de Cincinnati donde su actuación en la pista estuvo igual de atendida que sus conferencias de prensa, aquellas que dijo detestar al abandonar el Abierto de Francia.

Habló sobre su momento personal y las dificultades que tuvo que pasar, no sin antes emocionarse al responder algunas preguntas. Y también utilizó la presencia de la prensa para dejar mensajes sociales, como cuando prometió donar su premio del torneo a las víctimas del huracán en Haití, país de donde es originario su padre, así como también solidarizarse con la situación en Afganistán.

Y en lo deportivo, tuvo un repentino adiós. Ya que cayó ante la 76ta del ranking mundial, la suiza Jill Teichmann por 3-6 6-3 6-3 y se despidió del torneo. Durante el juego, la japonesa se golpeó en repetidas ocasiones el muslo izquierdo con la muñeca y habló en voz alta para sí misma, tratando de motivarse.

De todas formas, Osaka hizo una evaluación de su regreso, más calmada: “Tuve un pequeño arrebato de enojo hoy en la cancha, que no es algo para estar orgullosa, pero espero aprender de esto. Siento que di un paso en la dirección correcta hoy, porque supe procesar bien esta caída“.

“Tengo mucho que aprender de este partido. Pero tengo altas expectativas sobre mí misma. Sé que no he jugado muchos partidos últimamente, y eso influye, así que debo seguir entrenándome y espero que el tiempo traiga los resultados que quiero”, finalizó sin decir si acudirá a otros torneos o se presentará directamente en el US Open, en el cual venció en dos ocasiones.