Your browser doesn’t support HTML5 audio
Parece que no, pero sí, sin mucho ruido, sin el impacto mediático de otros, dos meses después de iniciada la actual temporada de NBA, los Cleveland Cavaliers, de una vez y por todas, son una de las grandes atracciones en el mejor baloncesto del mundo.
Se habla de Celtics, de Bucks y Nets, pero del elenco de Ohío, muy poco, al menos no como se debe y es cierto que a finales de octubre nadie apostaba un peso por ellos, estaba la probabilidad de al menos intentar mantenerse entre los 8, pero ha sido mejor, al momento de escribir este texto, refiere ESPN que los Cavs con forja de 22-11, ganando 7 de los últimos 10 partidos, se ubican terceros en la difícil Conferencia Este.
Nada casual
No se trata de par de semanas, ni un mes, son ya dos meses y más de 30 juegos, 33 para ser exacto, entonces no se puede hablar de modo alguno sobre algo casual, los hechos refrendan la excelente forma competitiva de los Cavaliers.
Por un lado, las figuras, Donovan Mitchell y Darius Garland, los grandes referentes, pero también está el equipo, compacto en todos los sectores del juego, en particular en defensa, con hombres como Jarret Allen y Evan Mobley, así como un veterano de mil batallas como Kevin Love.
Más allá de las comparaciones, si bien Mitchell y Garland no son LeBron James ni Kyrie Irving ni por el estilo, la química que ambos han logrado en la cancha, los vuelve un clásico dueto de terror al que nadie quiere enfrentar.
Un comienzo que ilusiona
Muchos incluso ya hablan de campeonato y en este punto la estadística, de acuerdo con Marca se impone por su propio peso y es que Cleveland ha emulado en este arranque lo hecho hace 6 años, justo cuando de la mano de James se llevaron el anillo.
Anoche ante los poderosos Bucks de Milwaukee, el combinado de Ohío, jugando en casa, frente a su público, no creyó en los 45 cartones de Giannis Antetokounmpo para imponerse a los de Wisconsin con pizarra final de 114-106.
Estuvo Giannis en modo dios, pero como ha sido habitual ya, Mitchell sacó la casta y con 36 cartones ayudó a sopesar el vendaval que fue el griego sobre el tabloncillo.
De igual modo a la pieza de colección del ex de los Jazz de Utah, se le añadieron 23 cartones de Garland y 19 de Jarret Allen para decorar la obra de la mejor manera, con una victoria rotunda que afianza con creces la posición de los Cavs de cara a 2023.
Un bastión casi inexpugnable
Y es que, si algo faltaba para potenciar la candidatura, incluso al título, era jugar de un modo tan convincente en sus predios, donde tras la victoria de ayer, compilan forja de 16-2.
No están Irving ni LeBron, de ellos solo queda la nostalgia, pero seis años después, el presente de los Cavaliers, los pone quizás en un escalón más alto que por aquel entonces, algunos hasta se refieren a un mejor equipo y pienso que sí, el grupo luce consistente.
Viene el coco…
Se trata del coco de la NBA, pautando la analogía con aquel monstruo mítico que asustaba a los niños y que emergió a finales del medioevo, allá a comienzos de 1500, tal como cuenta la leyenda. Quinientos años después, así andan los Cavaliers, intimidando a todos, impresionando con su buen juego y la consistencia en cada salida a las duelas.
Todavía hay tiempo, puede que sea muy temprano aún para establecer hipótesis o teorías sobre playoffs y cosas al respecto, pero igual, del modo que sea, lo crea o no, habrá que contar con Cleveland para los grandes momentos que puede deparar la temporada en el próximo año.
Noticias relacionadas